He abierto todos los cajones. Llego tarde y no la encuentro... han aparecido algunas cosas que ya no recordaba que estaban ahí, revueltas entre otros trastos, recuerdos mezclados con fotos de otra yo que me han hecho perder media hora dificultando aún más la búsqueda. Todo está desordenado, nada en su sitio. Un día de estos tengo que dedicarme a poner un poco de orden... pero es que siempre voy tan aprisa. Cada noche suelo dejarla sobre la mesita, junto a la cama, y por la mañana, justo en el momento de cerrar la puerta de casa, me la coloco. Así todo parece perfecto. No quiero que me vean y me pregunten: «¿dónde te la has dejado?», o alguien acierte a decir: «a ti te falta algo». Sigo buscando.
Es necesario que la encuentre... no puedo andar por ahí desvestida de ella, desnuda sin un disfraz que camufle lo que no quiero que vean, sin esa parte de mi con la que agradecer cualquier buen gesto o espantar lo que no me gusta; la necesito para intercambiarla cuando alguien me ofrezca la suya o simplemente para convertirla en carcajada si la ocasión lo merece.
Voy arriba y abajo creyendo encontrarla en cada rincón que descubro finalmente vacío. He mirado debajo de la mesa hallando sólo cuatro hojas arrugadas, tatuadas de tachones, con lo que intenté escribir hace dos semanas; lo leo... así es imposible! Quizás si pongo su canción me recuerde la última vez en que hice buen uso de ella... suena una melodía acompañada de una voz distorsionada por una pésima grabación casera... pues no, no funciona.
He abierto todos los armarios. Llego tarde y no la encuentro... Me doy el último toque en el espejo, así será más fácil disimular su ausencia, cojo el bolso, la chaqueta, las llaves, salgo a la calle... y ahí está!
Ayer, al parar delante de la puerta, en un pequeño receso antes de entrar, entre un suspiro y un parpadeo, la olvidé tirada junto al felpudo que da la bienvenida a casa. No la eché de menos al apoyar la cara sobre la almohada, ni siquiera tras el último bostezo. Se ha pasado ahí toda la noche... y está perfecta...
Mi Sonrisa...
Visiones
Qué tanto puede contar un persona que ha vivido sobre la tierra por solamente treinta y tres años?? Muchos podrían suponer que muy poco, pero existimos algunas excepciones que rompemos esa regla. Hi. Im Marissa and this is me...
Nota
Marissa_Inmortal
viernes, 21 de noviembre de 2008
Buscándola...
El tema fué:
en busca de una posible respuesta...,
marissa_inmortal,
pensamientos,
sonrisa
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