Me encanta el ambiente de la Navidad, todo está tan animado, tan lleno de ternura... se siente una calidez extraña en el aire, como si la gente fuera más feliz en esta época... y eso es muuy importante.
Todo el mundo tiene la cabeza llena de ideas para la cena de Navidad, que si el pavo, que si los romeritos, que si los cuernitos con mantequilla, que si el ponche...
Ahhh, a mi me hubiera gustado poder hacer la cena de Navidad en la que era mi casa (donde vivi toda mi vida de niña y adolescente), pues era una casa fabulosa, que tenía su terraza con chimenea, y era super amplia...
Pero por alguna extraña razón, siempre fue la tradicion de mi familia el celebrar la Navidad en casa de mi abuela... Lo cual yo nunca entendí, ya que su casa no es lo más cómodo que digamos... pero de cualquier manera, para mí se convirtió en uno de los días más importantes del año.
La costumbre de siempre era estar ahi desde las 8 o 9 de la noche, que empezaba a llegar toda la familia, y por lo general, mi hermano y yo nos la pasábamos en el cuarto de mi abuelita (mejor conocida por todos nosotros como "Hija", no pregunten el porqué, porque no se la razón) viendo la TV, más específicamente, viendo Gremlins, que siempre la pasaban ese día a eso de las 9:30 de la noche...
A eso de las 10:30 por lo general nos íbamos a la sala, porque ya toda la familia había llegado ya, y nos poníamos a platicar (o al menos en mis años de juventud, escuchaba a los grandes platicar, lo cual era bastante entretenido... ya de unos años para acá, me he vuelto parte de la plática y de la borrachera, jajajaja) y como a eso de las 11:30 nos disponíamos a hacer la tradicional "posada"
Een el nombre del cieeeelo
Ooos pido posaaaada
Bla, bla bla, bla blaaaaa
Bla, bla bla, bla blabla blaaaa blaaaa...
Jajajajaja, la verdad es que a mi siempre me ha dado una enooooooorme pena hacer eso, ya que todos los que pasan por ahi am esa hora se nos quedan viendo como "y esos retrasados que?"
Jajajajaja, pero ya que se le hace, ya es la tradición...
Total, después de eso, Karlita (ahora Karla) hace una pequeña oración, se pasa la figurita del Bebé Jesús por si alguien quiere hacerle alguna petición, y después se le cantan "Las Mañanitas"...
Para todo esto, suenan las doce de la noche, y se da el abrazo familiar... Yo ya superé mi trauma de que nadie me abrazó cuando tenía como 7 años, para aquellos que piensan que no lo he superado (EHH GEORGY, EH JUAN, EH ADY, jajajajaja)
Ya después del abrazo, venía la cena, que en años anteriores consistía casi siempre en un Jamón con Piña que hace mi madre, un Paté de Higado que hacía mi tía Tere, un Ponche de Frutas que hacía mi tía Yoly, Tostadas de Pata y Cueritos que hacía mi tía Carmelita (que ya se extrañan, eh tía) y alguna entrada que hacía alguien más, ya fuera Spaghetti, o alguna ensalada, etc...
Total que teníamos casi un buffet, y podíamos servirnos lo que queríamos en la cantidad que queríamos... y después acomodarnos en la orilla del sofá que mejor se ajustara a nuestro trasero, y no nos movíamos de ahi hasta que todos termináramos de cenar, y fuera hora del intercambio de regalos...
Para esto, nos llamaban a los más peques a agarrar regalos al azar y anunciar de quien era, y para quién era cada regalo, lo entregábamos a su dueño, y esperábamos a que se abriera, se admirara, y se diera las gracias al que lo regaló... y así transcurrían varias horas en lo que la montaña de regalos disminuía, y era clásico que a las 2 o 3 de la mañana termináramos, y mi tía Yoly dijera la frase célebre Navideña de la Familia Reynoso:
"Juanito y Karlita vayan a tirar la basura y que alguien acompañe a Tere a su casa..."
Ohhhh cuántos recuerdos me trae esa simple frase!! jajaja...
Total que de casa de mi abuela solíamos salir a las 4 de la mañana, todos más dormidos que despiertos, y cargando bolsas y bolsas de regalo...
Pero de unos años para acá, la tradición ha cambiado un poco, ya que Karla quiso hacerlo todo más formal, pero rayando en lo ridículo, ya que ya no nos es permitido desparramarnos en el sofá, si no que ahora nos acomodamos alrededor de una mesa rentada, sobre sillas duras e inflexibles que ponen a prueba a nuestros traseros durante la noche...
Y lo que antes era un delicioso buffet, ahora se ha convertido en un intento inútil de Karla de preparar (o que le preparen) comida insulsa como la que dan en las fiestas de XV años, que ella insiste en tener preparadas desde mucho antes y se sirven ya todos fríos... (GRACIAS A MI PRIMITA POR SU DELICIOSO SPAGHETTI QUE PREPARÓ EL AÑO PASADO, QUE HIZO QUE LA CENA NAVIDAD VALIERA LA PENA, NO LAS COCHINADAS QUE HACE KARLA...)
Pero ni hablar, mientras Hija siga con nosotros tendremos que bajar la cabeza ante las órdenes de Karla, quien desafortunadamente, ha tomado el control de esa casa... Ya que Hija no se encuentre aqui, lo más probable es que (a falta de la excusa de la Cena de Navidad) perdamos la costumbre de esa reunión familiar anual, y nos veamos ya solo en funerales y bodas, lo cual me parece muuuy triste...
Pero bueno, el Espíritu Navideño siempre ha existido en mi, y siempre existirá. O al menos, de eso tengo intensión.
