Ya me estoy haciendo buena en esto de la cocina... No cabe duda que con la práctica uno se perfecciona... Ahora, la razón de esta receta fue por que hace unos días me quedé sin presupuesto, en realidad solo tenía 50 pesos para poder crear una comida decente para dos, y el bebé, cosa bastante deprimente, pero tuve que romperme la cabeza para idear que preparar... Que tenía en el refigerador? Jajajaja, tortillas.... como un kilo, asi que lo primero que se me ocurrió fue hacer sopa de tortilla, pero como a Danny le hace daño el jitomate por lo del potasio, pues tuve que pensar en otra cosa... hasta que di con esta receta, aunque yo la cambié a como mas se me antojó, pero definitivamente me sirvió de inspiración. El bebé comió parte del relleno de mis enchiladas, cosa que le fascinó, ya que es un adicto al queso (igual que mami).
Mis ingredientes fueron:
5 Papas medianas, cocidas sin sal
1 cebolla grande
Tortillas de Maíz
Cantidad suficiente de Aceite de Girasol
Queso (del que más les guste, de preferencia alguno que pueda fundirse, en mi caso utilicé adobera, media pieza pequeña)
Perejil picado muy finito
Para la salsa:
2 chiles anchos grandes
3 jitomates rojos maduros
1 cubo de knorr tomate o consomé
Chile poblano |
Chile ancho |
Lo que hay que hacer con estos chiles es asarlos. Se ponen sobre un sartén sin aceite ni nada, simplemente a que se asen perfectamente por todos lados. Una vez realizado esto, se dejan enfriar, se abren por el centro y se les retiran las semillas, las venas y el rabo. Esto se hace para que no quede picante nuestra salsa, pero eso es ya a gusto de cada quien. Los jitomates también deben asarse, o pueden cocerse también en agua, aunque (a mi gusto) quedan mucho mejor asándolos junto con los chiles, ya que agarran un mejor sabor.
Una vez hecho esto, se pasan ambos ingredientes a la licuadora con un poco de agua y el consomé o knorr suiza y se muele perfectamente. Para aquel que haya preferido dejar las semillas de los chiles, es recomendable que se pase la mezcla ya molida por un colador, a fin de que ahi queden las mismas y no se transfieran a las tortillas.
La salsa se reserva y pasamos a las verduras.
Se pica la cebolla muy finita, retirando la primera capa de piel, claro está.
Por supuesto que, unas cuantas lágrimas no pueden faltar. Pero siempre he escuchado que llorar por una cebolla es mejor que llorar por desamores, asi que What the Hell! :)
Las papas ya cocidas se pican también, cuidando de quitarles la cáscara (pueden pelar las papas antes de cocerlas en agua, la verdad a mi se me pasó, jejejeje). Deben ser trozos muy pequeños para poder rellenar nuestras enchiladas. El queso se desmorona en trozos medianos y se mezcla con el perejil y las papas. Se sazona con sal y pimienta.
Y ahora viene la parte pesada. Y digo pesada, por que es en realidad UNA FRIEGA! Uno no para ni un segundo durante esta etapa de la preparación, pero una vez que terminamos no podemos esperar a dar el primer bocado!
En un sartén grande se pone aceite, no necesita ser demasiado, con que sea suficiente para que una tortilla pueda quedar flotando sobre él sin llegar a sumergirse completamente, está bien. Mientras se calienta (a fuego medio), vamos a poner la salsa ya preparada en algún refractario en donde podamos ir sumergiendo las tortillas en la salsa UNA A UNA. Esto es importante, ya que de lo contrario, se desbaratan en minutos.
Asi que sumergimos una tortilla, cubriéndola totalmente con la salsa, y cuando el aceite esté bien caliente, la pasamos a él, tratando de que la tortilla no vaya escurriendo de salsa, sino retirando el exceso de la misma. El aceite va a brincar y a hacer mucho escándalo, pero no se preocupen, no les salpicará. Pero claro, es recomendable utilizar un delantal todo el tiempo durante esta receta, ya que por causa de la salsa suele haber accidentes sobre la ropa.
La tortilla no debe permanecer mucho tiempo en el aceite, yo les daba aproximadamente medio minuto a cada una, el chiste es que con el aceite y el calor, la tortilla quede impregnada con el sabor de la salsa, además de que resistirá aun más el contenido con el que va a rellenarse, y no se romperán facilmente.
Una vez pasado el tiempo para dorar la tortilla, se retira del fuego con una espátula con orificios, para que escurra el exceso de aceite, y se colocan sobre papel absorbente unos momentos. Mientras éste retira lo más posible de grasa, ponemos a remojar otra tortilla en la salsa, y en lo que esto sucede, retiramos la tortilla ya preparada en nuestro plato para servir, ponemos un par de cucharadas de nuestros vegetales con queso, y cerramos a manera de quesadilla.
Y así se va repitiendo una y otra vez hasta terminar. Puede adornarse con un poco de crema y queso seco, y si gustan pueden añadir lechuga, rábanos, o lo que se les ocurra.
Y listo!!!
Obviamente, esta receta la adecué a el presupuesto que tenía en ese momento, pero ustedes pueden ponerle toda clase de vegetales, desde champiñones, calabacita, granos de elote, etc! El chiste es dejar volar la imaginación y añadir los ingredientes que más nos agraden.
En mi caso, creo que llegué a hacer un milagro con esta receta, mi Danny quedó encantado, salimos de la rutina y me apegué al presupuesto que tenía en ese momento, lo cual fué lo más complicado...
Hasta otro momento, Buen Provecho!
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