Podríamos tener una discusión sobre el amor.
Yo te diría que amo la curiosa manera
en que tu cuerpo y mi cuerpo se conocen,

exploradores que renuevan
el más antiguo acto del conocimiento.

Diría que amo tu piel y que mi piel te ama,
que amo la escondida torre
que de repente se alza desafiante
y tiembla dentro de mí
buscando la mujer que anida
en lo más profundo de mi interior de hembra.

Diría también que amo tus ojos
que son limpios y que también me penetran
con vaho de ternura o de preguntas.

Diría que amo tu voz
sobre todo cuando decís poemas,
pero también cuando sonás serio,
tan preocupado por entender
este mundo tan ancho y tan ajeno.

Diría que amo encontrarte
y sentir dentro de mí
una mariposa presa
aleteándome en el estómago
y muchas ganas de reírme
de la pura alegría de que existía y estás,
de saber que te gustan las nubes
y el aire frío de los bosques de Matagalpa.
Podríamos discutir si es serio
esto que te digo.
Si es una quemadura leve, de segundo,
tercer o primer grado.
Si hay o no que ponerle nombre a las cosas.
Yo sólo una simple frase afirmo
Te amo

GIOCONDA BELLI

Esta extraña necesidad...

Se que tengo mucho tiempo que no pensaba tanto en ti. Siempre estás en mi mente, como un lunar o una marca que jamás podrá quitarse, pero llevo días que no puedo arrancar este pensamiento, que me ha llegado tan fuerte. Siento la necesidad de verte, de saber que ha sido de tu vida, saber que te encuentras bien y que eres feliz. Creo que en el fondo, sé que lo estás, pero no lo sé, es algo que necesito, creo que es algo que por siempre sentiré. 
De hacerlo, no intervendría. Simplemente te observaría desde lejos, esperaría a que sonrieras, y después me marcharía de ahí. Puede ser que te tomara una foto, pero un recuerdo vale más que mil fotografías. 
El punto es que te extraño, fuiste una persona tan importante en mi vida, que ésta no volvió a ser la misma después de ti, y jamás dejarás de estar en mi mente y en mi corazón. 
Te amo, por siempre y para siempre.