Falta de menstruación (amenorrea): es el primer signo, sobre todo en aquellas que tengan un ciclo mentrual regular. En algunas ocasiones, algunas mujeres tienen una falsa regla, indolora, más breve y de color rosada o marrón, que se produce cuando el óvulo se implanta en el útero. Aún así la falta de regla no tiene porque significar el embarazo, puede ser debido a otras causas como el estrés, aumento o pérdida de peso, problemas hormonales, etc..
- Dolor e hinchazón de pechos: la hormona progesterona incide en el crecimiento de las glándulas mamarias y los estrógenos en el desarrollo de los conductos de la leche.
Estas modificaciones en los pechos en los primeros momentos de gestación son más pronunciados en las mujeres que habitualmente experimentan cambios en los pechos antes de la menstruación.
Debido a esta hinchazón se estira la piel y es posible la aparición de estrías o picazón. Además aumenta el tamaño de las venas, debido al aumento de suministro de sangre.
- Cansancio y sueño: tu cuerpo está fabricando una nueva vida y por esta razón el gasto energético es mucho mayor. Usualmente la fatiga se presenta durante el primer trimestre. Este estado de cansancio favorece que la embarazada pase más tiempo durmiendo y descansando, algo muy bueno para la marcha del embarazo.
- Náuseas y mareos: pueden ir acompañadas de una salivación excesiva y vómitos. La hormona del embarazo ( gonadotropina coriónica humana), la progesterona y el estrógeno son las responsables de estas náuseas que producen también el rechazo a ciertos sabores y olores. La intensidad depende de cada mujer. Se dice que esta repulsión puede ser debida a un mecanismo de protección frente a sustancias dañinas para nuestro cuerpo.
- Disminución de la tensión arterial: la relajación de la pared de los vasos sanguíneos, por la presencia de hormonas propias del embarazo, determina su dilatación y por lo tanto un descenso de presión. Esto puede provocar mareos y desmayos.
- Mayor frecuencia en la micción: se produce un incremento de los líquidos corporales, por lo que es mayor el filtrado del riñón, el tamaño del útero aumenta y la vejiga, determinando una necesidad de orinar frecuentemente.
- Aumento de la temperatura corporal debido a la progesterona.
- Los "antojos": nos indican que el cuerpo nos pide algún alimento en concreto. No hay explicación científica para estos antojos, podríamos decir que los cambios hormonales y metabólicos reclaman en la mujer embarazada algún tipo de vitamina o mineral que contenga dichos alimentos