Visiones
Qué tanto puede contar un persona que ha vivido sobre la tierra por solamente treinta y tres años?? Muchos podrían suponer que muy poco, pero existimos algunas excepciones que rompemos esa regla. Hi. Im Marissa and this is me...
Nota
Marissa_Inmortal
sábado, 29 de noviembre de 2008
Mudanzas...
Empacar de nuevo... ESTO APESTA!!!
Como ya les había comentado, de nuevo estamos indagando en busca de (esta vez, y gracias a todos los cielos) una casa, por lo tanto he de ponerme a empacar lo antes posible, pues la idea es irnos de aqui antes de que acabe el año. Esta noche, Danny empezará a traerme cajas, para poder guardar las cosas que menos utilizo, y que es por lo general lo que al final andas olvidando en la mudanza... Lo cual se3 convierte en tarea interminable, pues yo suelo tener mi casa LLENA de cachivaches... Monitos, peluches, cajas para regalo, películas VHS, cassetes, cuadros, fotos a morir, revistas de los 90´s, mis millones de libros, etc, etc, etc...
Muchas veces, la gente me ha dicho que me encanta la basura. Que me encanta vivir entre tiliches (término mexicano para decir que algo no tiene utilidad alguna, pero por alguna extraña razón de la vida, lo guardamos), y que debería deshacerme de todo eso. Y es cierto. Me encanta recolectar cosas, guardar aquel par de boletos de entrada al cine, la servilleta que utilizé en mi primera cita con Danny, o viejas fotos de compañeros de escuela que jamás volví a ver.
Pero no podría deshacerme de todo eso!!! Son MIS recuerdos!! Cada cosa que conservo tiene un significado, un recuerdo, un pensamiento que me saca ya sea una lágrima o una sonrisa...
No podrían arrancarme mis recuerdos aunque me torturaran...
Creo que mis recuerdos son lo más hermoso que conservo de la gente que he querido... Y nunca renunciaré a ellos. Jamás.
El tema fué:
buscar casa,
marissa_inmortal,
mudanza,
recordar
viernes, 28 de noviembre de 2008
Hablemos de Holocausto
Ya era muy necesario escribir una entrada respecto a este tema.
La gente que me conoce bien sabe lo importante que es para mí este tema. Desde muy pequeña vi "La Lista de Schindler", y fue un momento que cambió mi vida. Comencé a leer acerca del tema, libros de testimonios y, por supuesto, me leí cuatro o cinco veces seguidas "El Diario de Ana Frank". Conforme fui creciendo, fui investigando más y más, horrorizándome a la vez con los datos más escalofriantes acerca de este momento en la historia. Las mejores películas de horror de la historia quedan eclipsadas ante la barbarie sucitada en este período del tiempo.
Incluso ahora, al reunir y escribir esta entrada para ustedes, no puedo evitar que las lágrimas rueden por mi rostro.
Durante el Holocausto fueron asesinados unos seis millones de judios, de todas las edades y de todas las capas sociales. Otros cientos de miles que se salvaron porque encontraron un escondite y empuñaron las armas asi como los remanentes en los campos de concentracion no quisieron regresar, en su mayoria, a su vieja residencia, a la tierra de los sepulcros; Se negaron a reiniciar una vida en el exilio. Los pocos judios que sobrevivieron de esa epoca de tinieblas, de suplicio y de crimen, que volvieron a su lugar de residencia anterior, fueron acogidos con ira y con odio; A muchos de esos sobrevivientes las bandas polacas les dieron muete enseguida despues de la liberacion.
Los remanentes desaparados y exhaustos por el padecimiento libraron una lucha tesonera por su derecho a emigrar a la tierra de Israel y llevar alli una vida libre. Formaron el contingente pionero y temerario de la "Hapala" - el movimiento que se esmero por trasladar a los judios al pais de sus ancestros - y fueron un factor central en la lucha politica por la creacion del estado de Israel independiente. Un numero apreciable de esos remanentes, por cierto, llego al pais y reconstruyo su vida.
Como comenzó todo
El 30 de enero de 1933, Adolfo Hitler fue nombrado Canciller, la posición de más poder dentro del gobierno Alemán, por el presidente Hindenburg, quien esperaba que Hitler pudiera guiar a la nación fuera de la gran crisis económica y política en la que Alemania se encontraba hundida. Hitler era el líder del fuerte Partido Obrero Alemán Nacional Socialista (conocido también como el Partido Nazi); en 1933 era uno de los partidos políticos más fuertes en Alemania, y a pesar del sistema multi-partidista del país, el Partido Nazi obtuvo una pluralidad del 33% de los votos en las elecciones de 1932 para el parlamento alemán.
Una vez en el poder, Hitler se movilizó rápidamente para poner fin a la democracia alemana. El convenció a su Gabinete para convocar a la realización de unas cláusulas de emergencia sobre la Constitución que permitieran la suspensión de las libertades individuales de la prensa, de expresión y de asamblea. Fuerzas de seguridad especiales, tales como la Policía Especial del Estado (la Gestapo), los Storm Troopers (S.A.), y la Policía de Seguridad (S.S.) asesinaron o arrestaron a los líderes de los partidos políticos opositores (comunistas, socialistas y liberales).
También en 1933, los Nazis comenzaron a poner en práctica su ideología racial. Comenzaron a surgir ideas que eran populares en Alemania así como en otras naciones occidentales antes de los 30s, y los Nazis comenzaron a creer en la "superioridad racial" de los Alemanes, y comenzaron a sugerir que habría una lucha por sobrevivir entre ellos y las "razas inferiores". Ellos veían en los Judíos, Gitanos y en los impedidos una amenaza biológica seria en contra de la pureza de la "Raza (Aria) Germana", que ellos llamaban "la raza maestra".
El término "Ario" originalmente se refería a las personas de pueblos Indo Europeos. Los Nazis modificaron el significado de éste término para soportar sus ideas racistas al ver a todos esos antecedentes alemanes como un ejemplo del legado ario, que ellos consideraban racialmente superior. Para los Nazis, el Ario típico era rubio, de ojos azules y alto.
Los Judíos, cerca de 500,000 en Alemania (menos del 1 por ciento de la población total en 1933), eran el blanco principal del odio Nazi. Los Nazis identificaron erróneamente a los Judíos como una raza, y definieron esta raza como "inferior". Ellos también financiaron una enorme propaganda que culpaba a los Judíos por la depresión económica en Alemania, así como también por la derrota del país durante la Primera Guerra Mundial (1914-1918).
En 1933, nuevas leyes alemanas forzaron a los Judíos a renunciar a sus trabajos, a sus estudios en las universidades y a retirarse de toda actividad en otras áreas de la vida pública. En abril de 1993, un boicot de hombres de negocio Judíos fue establecido. En 1935, las leyes proclamaron en Nuremberg quitaron a los Judíos Alemanes su cuidadanía, a pesar de que conservaban sus derechos limitados. Estas "Leyes Nuremberg" definían a los Judíos no por su religión o por como ellos se identificaban a sí mismos, sino por la sangre de sus abuelos. Entre 1937 y 1939, nuevas regulaciones antisemitas segregaron a los Judíos aún más y les hizo la vida diaria muy difícil: los Judíos no podían ir a las escuelas públicas, ni a los teatros ni a los lugares de descanso, ni podían recidir ni aún caminar en ciertas secciones de las ciudades alemanas.
También entre 1937 y 1939, los Judíos fueron forzados por la vida económica de Alemania: los Nazis arraigaron los negocios y propiedades Judías por sus propios medios, u obligaron a los Judíos a venderlas a precios injustos. En noviembre de 1938, éste ataque económico contra los Judíos Alemanes y Austriacos se transformó en la destrucción física de las Sinagogas y de las tiendas pertenecientes a los Judíos, así como también el arresto de hombres Judíos, la destrucción de sus hogares e intensos asesinatos. Esta furia organizada fue conocida como Kristallnacht ("La noche de los cristales rotos").
Cabe recordar que el 11 de marzo de 1938, Hitler envió a su ejército hacia Austria y el 13 de marzo fue proclamada en Vienna la incorporación de Austria al Imperio Alemán (Reich). La mayoría de la población aceptó felizmente la adhesión al Imperio Alemán y expresaron su fervor con fuertes ataques de rabia en contra de los Judíos Austriacos, que eran cerca de 180,000 (90% de los cuales vivían en la misma Viena).
Aunque los Judíos eran el principal objetivo del odio Alemán, los Nazis también persiguieron otros grupos que ellos identificaban como racial o genéticamente "inferiores". La ideología racial Nazi era impulsada por científicos que impulsaban "la crianza selectiva" (eugénicos) para "mejorar" la raza humana. Las leyes aprobadas entre 1933 y 1935 estaban enfocadas hacia la reducción del futuro número de "inferiores" genéticos mediante la creación de programas de esterilización involuntaria: cerca de 500 niños Afro-Germanos, (llamados "los bastardos de Rhineland", fueron el resultado del encuentro entre mujeres alemanas y soldados africanos de las colonias Francesas que estaban estacionados en 1920 en Rhineland, una zona desmilitarizada que los Aliados establecieron después de la Primera Guerra Mundial como un hueco entre Alemania y la Europa Occidental), así como 350,000 individuos juzgados física o mentalmente impedidos fueron objeto de procedimientos quirúrgicos o radiactivos enfocados hacia la esterilización. Aquellos que apoyaban la esterilización también argumentaban que los impedidos perjudicaban a las comunidades debido al costo que suponía sus cuidados. Muchos de los 30,000 Gitanos Alemanes fueron también esterilizados y prohibidos, junto con los Negros, de contraer matrimonio con Alemanes. Reflejando estos prejuicios tradicionales, nuevas leyes combinaron estos prejuicios tradicionales y el nuevo racismo Nazi que definía a los Judíos, por su raza, como "criminales y antisociales".
Otra consecuencia del régimen dictatorial de Hitler en los 30s fue el arresto de oponentes políticos y comerciantes unionistas y muchos otros que los Nazis etiquetaban "indeseables" o "enemigos del estado". Muchos homosexuales, la mayoría hombres, fueron arrestados y llevados a los campos de concentración; bajo el codigo criminal Nazi revisado en 1935, la sola denuncia de un individuo como "homosexual" podía llegar al arresto, al juicio y la condena. Los Testigos de Jehová fueron prohibidos como organización en abril de 1933, desde que las creencias de este grupo religioso les prohibían jurar cualquier promesa al estado o al servicio militar alemán. Su literatura fue confiscada, y perdieron sus trabajos, los beneficios de su desempleo, sus pensiones, y todos los beneficios de carácter social. Muchos Testigos de Jehová fueron enviados a prisión y a los campos de concentración en la Alemania Nazi y sus hijos fueron enviados a las casas de detención juvenil o a orfanatos.
Entre 1933 y 1936, miles de personas, en su mayoría prisioneros políticos y Testigos de Jehová fueron llevados a los campos de concentración mientras que varios miles de Gitanos Alemanes fueron confinados en campos municipales especiales. El primer ataque sistemático hacia los Judíos Alemanes y Austriacos se llevó a cabo después del Kristallnacht, cuando aproximadamente 30,000 hombres Judíos fueron deportados a Dachau y a otros campos de concentración y varios cientos de mujeres Judías fueron enviadas a cárceles locales. Al final de 1938, la ola de arrestos también incluían varios miles de Gitanos Alemanes y Austriacos.
Entre 1933 y 1939, casi la mitad de la población Judía Alemana y más de dos tercios de la población Judía Austriaca huyeron de la persecución Nazi. Ellos emigraron a Palestina, los Estados Unidos, America Latina, China (donde no requerían visa para entrar) y hacia la Europa oriental y occidental (donde muchos fueron capturados de nuevo por los Nazis durante la guerra). Los Judíos que quedaron bajo el régimen Nazi estaban impedidos económicamente para huir, o no podían obtener visas, patrocinadores en países huéspedes o fondos para su migración. Muchos de los países extranjeros, incluyendo los Estados Unidos, Canadá, Inglaterra y Francia, se rehusaron a admitir grandes números de refugiados.
El 1ero. De septiembre de 1939, Alemania invadió Polonia y la Segunda Guerra Mundial comenzó. En menos de un mes, el Ejército Polaco fue derrotado y los Nazis iniciaron su campaña de destrucción hacia la cultura Polaca y de esclavización de la población Polaca, a quienes ellos veían como "subhumanos". El asesinato de los líderes Polacos fue el primer paso: los soldados Alemanes llevaron a cabo masacres contra profesores universitarios, artistas, escritores, políticos y muchos sacerdotes Católicos. Para crear nuevos espacios para la vida diaria de "la raza superior Germana", grandes segmentos de la población Polaca fueron reestablecidos, y las familias Alemanas fueron movilizadas hacia las tierras que habían sido abandonadas. Miles de Polacos, incluyendo Judíos, fueron enviados a los campos de concentración. Los Nazis también "secuestraron" a más de 50,000 niños Polacos de "aspecto ario" y los alejaron de sus padres llevandolos a Alemania para ser adoptados por familias Alemanas. Muchos de estos niños fueron después rechazados y fueron considerados incapaces de la Germanización, por lo que fueron enviados a campos de concentración especiales para niños, donde muchos murieron de hambre, inyecciones letales y enfermedades.
Cuando la guerra empezó en 1939, Hitler dio la orden de asesinar a todos los pacientes incapacitados institucionalizados, considerados "incurables". Comisiones especiales revisaron cuestionarios llenados por los hospitales del estado, y luego decidían si un paciente debía de ser asesinado. Los condenados fueron entonces transferidos a seis instituciones en Alemania y Austria, donde fueron utilizadas cámaras de gas especialmente construídas para matarlos. Después de algunas protestas públicas en 1941, el liderazgo Nazi continuaba su programa "eutanasia" en secreto. Los bebes, niños pequeños y otras víctimas fueron asesinados por inyecciones letales y píldoras, o muertos de hambre.
El programa "eutanasia" contenía todos los elementos requeridos para la aniquilación en masa de los Judíos y Gitanos Europeos en los campos de muerte Nazi: la decisión articulada para matar, un personal especialmente entrenado, la muerte por medio del gas, y el uso de un lenguaje eufemístico como el término "eutanasia", que psicológicamente alejaba los asesinatos de sus víctimas y escondía el carácter criminal de estos asesinatos hacia la gente.
En 1940, las fuerzas Alemanas continuaron su conquista en gran parte de Europa, derrotando fácilmente a Noruega, Dinamarca, Holanda, Bélgica, Luxemburgo y Francia. El 22 de junio de 1941, el Ejército Alemán invadió la Unión Soviética y para septiembre, se acercaba a Moscú. Durante ese tiempo, Italia, Rumania y Hungría se habían unido a los poderes lidereados por Alemania, y se oponían a los Poderes Aliados (La Comunidad Británica, la Francia Libre, los Estados Unidos y la Unión Soviética).
En los meses que siguieron a la invasión Alemana en la Unión Soviética, muchos Judíos, líderes políticos, comunistas y Gitanos fueron asesinados en ejecuciones masivas. La mayoría de estos asesinados eran Judíos. Estos asesinatos eran llevados a cabo en lugares improvisados a través de la Unión Soviética por miembros de escuadrones asesinos móviles (Einsatzgruppen), que seguían las rutas abiertas por el Ejército Alemán invasor. El más famoso de estos sitios fue Babi Yar, cerca de Kiev, donde un estimado de 33,000 personas, la mayoría judíos, fueron asesinados. El terror Alemán se extendió hacia pacientes impedidos institucionalizados y pacientes psiquiátricos en la Unión Soviética; también dió como resultado el asesinato en masa de más de tres millones de prisioneros de guerra Soviéticos.
La Segunda Guerra Mundial trajo grandes cambios al sistema de los campos de concentración. Enormes números de prisioneros nuevos, deportados de todos los países ocupados por Alemania, ahora inundaban estos campos. Muy seguido, grupos enteros eran enviados a los campos, tales como los miembros de las organizaciones de resistencia subterráneos que fueron capturados en toda la Europa occidental en 1941 bajo el decreto de "Noche y Niebla". Para acomodar el incremento masivo en el número de prisioneros, se establecieron cientos de nuevos campos en territorios ocupados de la Europa oriental y occidental.
Durante la guerra, los ghettos, campos de tránsito, y campos de trabajos forzados fueron creados por los Alemanes en adición a los campos de concentración para capturar Judíos, Gitanos y otras víctimas del odio racial y étnico, así como también oponentes políticos y miembros de la resistencia. Después de la invasión de Polonia, tres millones de Judíos Polacos fueron forzados a vivir en mas de 400 nuevos ghettos donde fueron segregados del resto de la población. Grandes números de Judíos también fueron deportados de otras ciudades y países, incluyendo Alemania, hacia los ghettos en Polonia y en otros territorios del este ocupados por Alemania.
En las ciudades Polacas que se encontraban bajo la ocupación Nazi, como Warsaw y Lodz, los judíos fueron confinados en ghettos sellados donde el hambre, la sobrepoblación, el frío y las enfermedades contagiosas dieron muerte a decenas de miles de personas. En Warsaw y otras poblaciones, los Judíos que se encontraban en los ghettos hicieron un gran esfuerzo, bajo un gran riesgo, por mantener sus vidas religiosas, culturales y en comunidad. Los ghettos también proveían a gran fuerza de trabajo para los Alemanes y muchos de estos trabajadores (que construían vías de tren y otro tipo de infraestructuras militares alemanas) murieron de cansancio y mal trato.
Entre 1942 y 1944, los Alemanes iniciaron la eliminación de los ghettos en la Polonia ocupada y otros territorios, deportando a los residentes de los ghettos hacia los "campos de exterminio", centros de exterminio facilitados con equipos para el manejo del gas, localizados en Polonia. Después de la reunión de los oficiales mayores del estado Alemán a finales de enero de 1942, la decisión de implementar "la solución final a la cuestión judía" se volvió una política formal de estado y los Judíos de la Europa occidental también fueron enviados a los centros de exterminio en el Este.
Los seis lugares de asesinato masivo fueron escogidos debido a su cercanía las vías del tren y su localización en zonas semi-rurales, en Belzec, Sobibor, Treblinka, Chelmno, Majdanek, y Auschwitz-Birkenau. Chelmno fue el primer campo en donde se llevaron ejecuciones masivas por medio del gas, traído por vehículos pipas: 150,000 personas fueron asesinadas ahí entre diciembre de 1941 y marzo de 1943, y de junio a julio de 1944. Un centro de exterminación que utilizaba pipas de gas y cámaras de gas operó en Belzec, donde más de 600,000 personas fueron asesinadas entre mayo de 1942 y agosto de 1943.
Sobibor fue abierto en mayo de 1942 y fue cerrado un día después de la rebelión de los prisioneros en octubre 14 de 1943; 200,000 personas fueron asesinadas en ese lugar por medio del gas. Treblinka fue abierta en julio de 1942 y cerrada en noviembre de 1943; una revuelta de prisioneros a principios de agosto de 1943 destruyó gran parte del campo de concentración. Por lo menos 750,000 personas fueron asesinadas en Treblinka, físicamente el centro de exterminio de mayores dimensiones. Hubo muy pocos sobrevivientes de estos cuatros centros de exterminio, debido a que la mayoría de las víctimas eran asesinadas inmediatamente después de su llegada a estos lugares.
Auschwitz-Birkenau, que también sirvió como un campo de concentración y como un campo de trabajos forzados, se convirtió en el campo de exterminio donde los mayores númeroso de Judíos y Gitanos Europeos fueron asesinados. Después de una gaseada experimental en septiembre de 1941 de 250 Polacos enfermos y 600 rusos, el exterminio masivo se volvió una rutina diaria; más de 1.25 millones fueron asesinados en Auschwitz-Birkenau, 9 de cada 10 eran Judíos. Además Gitanos, Soviéticos, y prisioneros enfermos de todas las nacionalidades murieron en las cámaras de gas. Entre mayo 14 y julio 18 de 1944, 437,402 judíos húngaros fueron deportados hacia Auschwitz en 48 trenes. Esto fue probablemente la deportación más grande llevada a cabo durante el Holocausto. Un sistema similar fue implementado en Majdanek, que también servía como campo de concentración y en donde al menos 275,000 personas fueron asesinads en las cámaras de gas, o murieron de malnutrición, brutalidad o enfermedad.
Los métodos de asesinato fueron los mismos en todos los centros de exterminio, que fueron operados por la S.S. Las víctimas llegaban en vagones de tren, la mayoría de ghettos y de campos de la Polonia ocupada, pero también de casi todos los países Europeos. A su llegada, los hombres eran separados de las mujeres y los niños. Los prisioneros eran forzados a desvestirse y a entregar todos sus valores. Ellos eran llevados desnudos hacia las cámaras de gases, que estaban disfrazadas como regaderas, y dentro de ellas era utilizado el monóxido de carbono o Zyklon B (una forma de ácido cristalino, también utilizado como insecticida). La minoría seleccionada para trabajos forzados quedaban, después de largas cuarentenas, vulnerables a la malnutrición, y expuestos a epidemias, experimentos médicos y a la brutalidad; muchos perecieron como resultado.
Los Alemanes llevaron a cabo sus actividades de exterminio sistemáticas con la ayuda activa de colaboradores locales en muchos países, y con la indeferencia de millones de personas que no les importaba la situación judía. De cualquier manera, hubo algunos intentos por la creación de una resistencia organizada en contra de los exterminios. Por ejemplo, en el otoño de 1943, la resistencia Danesa, con el apoyo de la población local, rescató a casi toda la población Judía de Dinamarca de la amenaza de la deportación al Este, enviándolos a través de embarcaciones a Suecia, que se mantenía neutral. Individuos de muchos otros países también arriesgaron sus vidas para salvar a los Judíos y a otras víctimas de la persecución Nazi. Uno de los más famosos fue Raoul Wallenberg, un diplomático suizo que dirigió el rescate que les salvó la vida a decenas de miles de Judíos Húngaros en 1944.
Los movimientos de resistencia existieron en casi todos los campos de concentración y ghettos de Europa. Además de las revueltas armadas en Sobibor y Treblinka, la resistencia Judía en el ghetto Warsaw, llevó a una valiente lucha entre abril y mayo de 1943, a pesar de la predecible derrota debido a la superioridad de las fuerzas Alemanas. En general, el rescate o la ayuda hacia las víctimas del Holocausto no era una prioridad para las resistencias organizadas, cuyo objetivo principal era el pelear la guerra contras los Alemanes. En pocas ocasiones, estos grupos y los Judíos partisanos (de la resistencia) cooperaron unos con otros para salvar Judíos. El 19 de abril de 1943, miembros del Comité Nacional para la Defensa Judía en cooperación con trabajadores férreos Cristianos y una rebelión subterránea en Bélgica, atacaron un tren que se dirigía hacia el campo de Malines cercano a Auschwitz, y tuvieron éxito al permitir que cientos de judíos deportados pudieran escapar.
Después de que la guerra se tornó contra Alemania y los ejércitos Aliados se acercaban a Alemania en 1944, la S.S. decidió evacuar algunos campos de concentración. Los Alemanos trataron de ocultar las evidencias del genocidio y deportaron prisioneros hacia campos dentro de Alemania para prevenir su liberación. Muchos prisioneros murieron durante esas largas jornadas a pie conocidas como "marchas de la muerte". Durante los días finales, en la primavera de 1945, las condiciones de los campos de concentración que aún quedaban convirtieron a estos cambios en centros de exterminio masivos. Aún los campos de concentración que nunca fueron diseñados para la exterminación, como el de Bergen-Belsen, se volvieron trampas mortales para miles.
No solo aquellos que todos conocemos (judíos, gitanos, homosexuales, impedidos) fueron los únicos en sufrir del Holocauto y la Locura Nazi. También hubo Españoles obligados a soportar el drama de las privaciones, las golpizas y la muerte en los campos de concentración.
Su drama personal empezó con la Guerra Civil española: unos por estar alistados en el ejército republicano y otros por temor a las represalias tuvieron que refugiarse en Francia durante los primeros meses de 1939. Allí fueron internados en los campos de Argelés, Barcarés, St. Cyprien,... La mayor parte de ellos se vieron forzados a alistarse en las Compañías de Trabajadores Extranjeros y fueron detenidos por el ejército alemán en mayo-junio de 1940, tras la invasión y posterior ocupación de Francia. Fueron agrupados en campos denominados "Stalags" a la espera de una respuesta por parte del gobierno de Franco, quien decidió abandonarlos a su suerte considerándolos apátridas y, tras la visita de Serrano Súñer a Hitler, se decretó (25 de septiembre de 1940) la entrega de los republicanos españoles a la Gestapo para ser deportados a un campo donde debían realizar trabajos forzados hasta el límite de sus fuerzas. Durante el mes de agosto se habían iniciado los transportes y la deportación de los republicanos hacia el campo de concentración de Mauthausen donde fueron destinados a la cantera, a la construcción del campo, a diferentes komandos externos. Una buena parte de los republicanos españoles fueron transferidos a Gusen donde más de 4.000 hallaron la muerte, la mayor parte de ellos, durante el duro invierno de 1941-42 como consecuencia de las condiciones inhumanas del trabajo, por el frío, por caer enfermos o extenuados, en la cámara de gas, por las palizas recibidas....
Sabemos de la presencia de aragoneses y aragonesas en otros campos de concentración (Begen-Belsen, Buchenwald, Dachau, Flossenburg, Ravensbrük, ,...) en algunos casos fueron trasladados desde Mauthausen y en otros fueron internados por haber participado activamente en la resistencia francesa contra del invasor alemán. No de todos sabemos su identidad: un número indeterminado de aragoneses murieron en el más absoluto anonimato de los que, a veces, obtenemos alguna imprecisa e indirecta noticia a través de largo tiempo de silencio y desmemoria.
Según la procedencia regional, el colectivo de los deportados aragoneses fue uno de los más numerosos, como recuerdan supervivientes de otros lugares que mencionan el grupo de "los maños" como uno de los más presentes en Mauthausen.
Por fortuna, unos pocos españoles sobrevivieron al "infierno" de los campos de concentración: de los 7.000 españoles internados en Mauthausen unos 2.000 pudieron salvar la vida. Tras su liberación, en mayo de 1945, se vieron obligados a rehacer sus vidas en el exilio.
Una cabeza embalsamada de un prisionero, encontrada en el campo Buchenwald.
Para aterrorizar a los prisioneros los soldados colocaban
dos cabezas en el medio del campo
En mayo de 1945, la Alemania Nazi quedó colapsada, la S.S. fue dispersada y destruída, y los campos dejaron de existir como de exterminación, trabajos forzados o campos de concentración. El Legado Nazi fue un vasto imperio de exterminios, pillaje y explotación que afectó a cada país de la Europa ocupada. La gran magnitud, así como las implicaciones morales y éticas de esta era trágica están ahora siendo comprendidas.
"Jamás olvidaré esa noche. esa primera noche en el campo de concentración que hizo de mi vida una sola larga noche bajo siete vueltas de llave. Jamás olvidaré ese silencio nocturno que me quitó para siempre las ganas de vivir. Jamás olvidaré esos instantes que asesinaron a mi Dios y a mi alma, y a mis sueños que adquirieron el rostro del desierto. Jamás lo olvidaré, aunque me condenaran a vivir tanto como Dios. Jamás."
"Entre los múltiples ejemplos de barbarie de que fui testigo, no puedo por menos que relatar tres de ellos: el camarada Sigirau, albañil de profesión (nacido en Castejón de Sos) recibió cuando estaba formado una tunda de palos administrada por el kapo que le rompió varias costillas; no había posibilidad alguna de curarlo y murió después de decirme: "Si tienes más suerte que yo, irás de mi parte a besar el suelo de mi patria." Un maño de Calanda, provincia de Teruel, campesino él, fue golpeado violentamente cierta mañana por Otto, el Bandido. Antes de perder el conocimiento, tuvo tiempo de decirme: "¿Qué le habré hecho a ese animal? ¡No lo olvides y véngame cuando se te presente la ocasión!" Otro maño de Cincovillas, campesino, ya de cierta edad, incapaz de tenerse en pie, consumido por las privaciones, me había trasmitido con voz fuerte su última voluntad antes de morir: "Vosotros que sois jóvenes podréis soportar este infierno; es necesario que tengáis ese valor." Y antes de morir, El Mañico cantó una jota aragonesa en honor a su tierra y para rendir homenaje a su patria"
No puede hallarse en la Historia otro crimen tan atroz ni tan fríamente calculado como el que aniquiló a millones de seres humanos en los campos de concentración nazis. Reducidos al estado animal, sometidos a la más espantosa degradación moral y física, hombres, mujeres y niños fueron salvajemente torturados y arrastrados a las cámaras de gas por el solo hecho de pertenecer a una raza considerada inferior o de sostener creencias religiosas o políticas antagónicas a las de la «raza de los señores».
Oh, Dios, porfavor no permitas que la humanidad olvide este terrible pasaje de la historia, que la gente tanto se esfuerza por pretender que nunca sucedió.
Los gritos de esos 6 millones de Personas!!! que Ultraje!!! Que verguenza que la humanidad haya podido caer tan bajo! Destruír a otro hombre, a su hermano, a un ser que respiraba, que pensaba, que amaba, que tenía un corazón que latía, por Dios! No PUEDE olvidarse!! No DEBE olvidarse!!! Mujeres, hombres, niños, viejos, ricos, pobres, no les importó...
Porfavor, no dejemos que la humanidad repita esto. La paz es el estado físico y mental más hermoso que puedan imaginarse... Que jamás, jamás vuelva a verse algo así en la Tierra, porfavor!!!
La gente que me conoce bien sabe lo importante que es para mí este tema. Desde muy pequeña vi "La Lista de Schindler", y fue un momento que cambió mi vida. Comencé a leer acerca del tema, libros de testimonios y, por supuesto, me leí cuatro o cinco veces seguidas "El Diario de Ana Frank". Conforme fui creciendo, fui investigando más y más, horrorizándome a la vez con los datos más escalofriantes acerca de este momento en la historia. Las mejores películas de horror de la historia quedan eclipsadas ante la barbarie sucitada en este período del tiempo.
Incluso ahora, al reunir y escribir esta entrada para ustedes, no puedo evitar que las lágrimas rueden por mi rostro.
Durante el Holocausto fueron asesinados unos seis millones de judios, de todas las edades y de todas las capas sociales. Otros cientos de miles que se salvaron porque encontraron un escondite y empuñaron las armas asi como los remanentes en los campos de concentracion no quisieron regresar, en su mayoria, a su vieja residencia, a la tierra de los sepulcros; Se negaron a reiniciar una vida en el exilio. Los pocos judios que sobrevivieron de esa epoca de tinieblas, de suplicio y de crimen, que volvieron a su lugar de residencia anterior, fueron acogidos con ira y con odio; A muchos de esos sobrevivientes las bandas polacas les dieron muete enseguida despues de la liberacion.
Los remanentes desaparados y exhaustos por el padecimiento libraron una lucha tesonera por su derecho a emigrar a la tierra de Israel y llevar alli una vida libre. Formaron el contingente pionero y temerario de la "Hapala" - el movimiento que se esmero por trasladar a los judios al pais de sus ancestros - y fueron un factor central en la lucha politica por la creacion del estado de Israel independiente. Un numero apreciable de esos remanentes, por cierto, llego al pais y reconstruyo su vida.
Como comenzó todo
El 30 de enero de 1933, Adolfo Hitler fue nombrado Canciller, la posición de más poder dentro del gobierno Alemán, por el presidente Hindenburg, quien esperaba que Hitler pudiera guiar a la nación fuera de la gran crisis económica y política en la que Alemania se encontraba hundida. Hitler era el líder del fuerte Partido Obrero Alemán Nacional Socialista (conocido también como el Partido Nazi); en 1933 era uno de los partidos políticos más fuertes en Alemania, y a pesar del sistema multi-partidista del país, el Partido Nazi obtuvo una pluralidad del 33% de los votos en las elecciones de 1932 para el parlamento alemán.
Una vez en el poder, Hitler se movilizó rápidamente para poner fin a la democracia alemana. El convenció a su Gabinete para convocar a la realización de unas cláusulas de emergencia sobre la Constitución que permitieran la suspensión de las libertades individuales de la prensa, de expresión y de asamblea. Fuerzas de seguridad especiales, tales como la Policía Especial del Estado (la Gestapo), los Storm Troopers (S.A.), y la Policía de Seguridad (S.S.) asesinaron o arrestaron a los líderes de los partidos políticos opositores (comunistas, socialistas y liberales).
También en 1933, los Nazis comenzaron a poner en práctica su ideología racial. Comenzaron a surgir ideas que eran populares en Alemania así como en otras naciones occidentales antes de los 30s, y los Nazis comenzaron a creer en la "superioridad racial" de los Alemanes, y comenzaron a sugerir que habría una lucha por sobrevivir entre ellos y las "razas inferiores". Ellos veían en los Judíos, Gitanos y en los impedidos una amenaza biológica seria en contra de la pureza de la "Raza (Aria) Germana", que ellos llamaban "la raza maestra".
El término "Ario" originalmente se refería a las personas de pueblos Indo Europeos. Los Nazis modificaron el significado de éste término para soportar sus ideas racistas al ver a todos esos antecedentes alemanes como un ejemplo del legado ario, que ellos consideraban racialmente superior. Para los Nazis, el Ario típico era rubio, de ojos azules y alto.
Los Judíos, cerca de 500,000 en Alemania (menos del 1 por ciento de la población total en 1933), eran el blanco principal del odio Nazi. Los Nazis identificaron erróneamente a los Judíos como una raza, y definieron esta raza como "inferior". Ellos también financiaron una enorme propaganda que culpaba a los Judíos por la depresión económica en Alemania, así como también por la derrota del país durante la Primera Guerra Mundial (1914-1918).
En 1933, nuevas leyes alemanas forzaron a los Judíos a renunciar a sus trabajos, a sus estudios en las universidades y a retirarse de toda actividad en otras áreas de la vida pública. En abril de 1993, un boicot de hombres de negocio Judíos fue establecido. En 1935, las leyes proclamaron en Nuremberg quitaron a los Judíos Alemanes su cuidadanía, a pesar de que conservaban sus derechos limitados. Estas "Leyes Nuremberg" definían a los Judíos no por su religión o por como ellos se identificaban a sí mismos, sino por la sangre de sus abuelos. Entre 1937 y 1939, nuevas regulaciones antisemitas segregaron a los Judíos aún más y les hizo la vida diaria muy difícil: los Judíos no podían ir a las escuelas públicas, ni a los teatros ni a los lugares de descanso, ni podían recidir ni aún caminar en ciertas secciones de las ciudades alemanas.
También entre 1937 y 1939, los Judíos fueron forzados por la vida económica de Alemania: los Nazis arraigaron los negocios y propiedades Judías por sus propios medios, u obligaron a los Judíos a venderlas a precios injustos. En noviembre de 1938, éste ataque económico contra los Judíos Alemanes y Austriacos se transformó en la destrucción física de las Sinagogas y de las tiendas pertenecientes a los Judíos, así como también el arresto de hombres Judíos, la destrucción de sus hogares e intensos asesinatos. Esta furia organizada fue conocida como Kristallnacht ("La noche de los cristales rotos").
Cabe recordar que el 11 de marzo de 1938, Hitler envió a su ejército hacia Austria y el 13 de marzo fue proclamada en Vienna la incorporación de Austria al Imperio Alemán (Reich). La mayoría de la población aceptó felizmente la adhesión al Imperio Alemán y expresaron su fervor con fuertes ataques de rabia en contra de los Judíos Austriacos, que eran cerca de 180,000 (90% de los cuales vivían en la misma Viena).
Aunque los Judíos eran el principal objetivo del odio Alemán, los Nazis también persiguieron otros grupos que ellos identificaban como racial o genéticamente "inferiores". La ideología racial Nazi era impulsada por científicos que impulsaban "la crianza selectiva" (eugénicos) para "mejorar" la raza humana. Las leyes aprobadas entre 1933 y 1935 estaban enfocadas hacia la reducción del futuro número de "inferiores" genéticos mediante la creación de programas de esterilización involuntaria: cerca de 500 niños Afro-Germanos, (llamados "los bastardos de Rhineland", fueron el resultado del encuentro entre mujeres alemanas y soldados africanos de las colonias Francesas que estaban estacionados en 1920 en Rhineland, una zona desmilitarizada que los Aliados establecieron después de la Primera Guerra Mundial como un hueco entre Alemania y la Europa Occidental), así como 350,000 individuos juzgados física o mentalmente impedidos fueron objeto de procedimientos quirúrgicos o radiactivos enfocados hacia la esterilización. Aquellos que apoyaban la esterilización también argumentaban que los impedidos perjudicaban a las comunidades debido al costo que suponía sus cuidados. Muchos de los 30,000 Gitanos Alemanes fueron también esterilizados y prohibidos, junto con los Negros, de contraer matrimonio con Alemanes. Reflejando estos prejuicios tradicionales, nuevas leyes combinaron estos prejuicios tradicionales y el nuevo racismo Nazi que definía a los Judíos, por su raza, como "criminales y antisociales".
Otra consecuencia del régimen dictatorial de Hitler en los 30s fue el arresto de oponentes políticos y comerciantes unionistas y muchos otros que los Nazis etiquetaban "indeseables" o "enemigos del estado". Muchos homosexuales, la mayoría hombres, fueron arrestados y llevados a los campos de concentración; bajo el codigo criminal Nazi revisado en 1935, la sola denuncia de un individuo como "homosexual" podía llegar al arresto, al juicio y la condena. Los Testigos de Jehová fueron prohibidos como organización en abril de 1933, desde que las creencias de este grupo religioso les prohibían jurar cualquier promesa al estado o al servicio militar alemán. Su literatura fue confiscada, y perdieron sus trabajos, los beneficios de su desempleo, sus pensiones, y todos los beneficios de carácter social. Muchos Testigos de Jehová fueron enviados a prisión y a los campos de concentración en la Alemania Nazi y sus hijos fueron enviados a las casas de detención juvenil o a orfanatos.
Entre 1933 y 1936, miles de personas, en su mayoría prisioneros políticos y Testigos de Jehová fueron llevados a los campos de concentración mientras que varios miles de Gitanos Alemanes fueron confinados en campos municipales especiales. El primer ataque sistemático hacia los Judíos Alemanes y Austriacos se llevó a cabo después del Kristallnacht, cuando aproximadamente 30,000 hombres Judíos fueron deportados a Dachau y a otros campos de concentración y varios cientos de mujeres Judías fueron enviadas a cárceles locales. Al final de 1938, la ola de arrestos también incluían varios miles de Gitanos Alemanes y Austriacos.
Entre 1933 y 1939, casi la mitad de la población Judía Alemana y más de dos tercios de la población Judía Austriaca huyeron de la persecución Nazi. Ellos emigraron a Palestina, los Estados Unidos, America Latina, China (donde no requerían visa para entrar) y hacia la Europa oriental y occidental (donde muchos fueron capturados de nuevo por los Nazis durante la guerra). Los Judíos que quedaron bajo el régimen Nazi estaban impedidos económicamente para huir, o no podían obtener visas, patrocinadores en países huéspedes o fondos para su migración. Muchos de los países extranjeros, incluyendo los Estados Unidos, Canadá, Inglaterra y Francia, se rehusaron a admitir grandes números de refugiados.
El 1ero. De septiembre de 1939, Alemania invadió Polonia y la Segunda Guerra Mundial comenzó. En menos de un mes, el Ejército Polaco fue derrotado y los Nazis iniciaron su campaña de destrucción hacia la cultura Polaca y de esclavización de la población Polaca, a quienes ellos veían como "subhumanos". El asesinato de los líderes Polacos fue el primer paso: los soldados Alemanes llevaron a cabo masacres contra profesores universitarios, artistas, escritores, políticos y muchos sacerdotes Católicos. Para crear nuevos espacios para la vida diaria de "la raza superior Germana", grandes segmentos de la población Polaca fueron reestablecidos, y las familias Alemanas fueron movilizadas hacia las tierras que habían sido abandonadas. Miles de Polacos, incluyendo Judíos, fueron enviados a los campos de concentración. Los Nazis también "secuestraron" a más de 50,000 niños Polacos de "aspecto ario" y los alejaron de sus padres llevandolos a Alemania para ser adoptados por familias Alemanas. Muchos de estos niños fueron después rechazados y fueron considerados incapaces de la Germanización, por lo que fueron enviados a campos de concentración especiales para niños, donde muchos murieron de hambre, inyecciones letales y enfermedades.
Cuando la guerra empezó en 1939, Hitler dio la orden de asesinar a todos los pacientes incapacitados institucionalizados, considerados "incurables". Comisiones especiales revisaron cuestionarios llenados por los hospitales del estado, y luego decidían si un paciente debía de ser asesinado. Los condenados fueron entonces transferidos a seis instituciones en Alemania y Austria, donde fueron utilizadas cámaras de gas especialmente construídas para matarlos. Después de algunas protestas públicas en 1941, el liderazgo Nazi continuaba su programa "eutanasia" en secreto. Los bebes, niños pequeños y otras víctimas fueron asesinados por inyecciones letales y píldoras, o muertos de hambre.
El programa "eutanasia" contenía todos los elementos requeridos para la aniquilación en masa de los Judíos y Gitanos Europeos en los campos de muerte Nazi: la decisión articulada para matar, un personal especialmente entrenado, la muerte por medio del gas, y el uso de un lenguaje eufemístico como el término "eutanasia", que psicológicamente alejaba los asesinatos de sus víctimas y escondía el carácter criminal de estos asesinatos hacia la gente.
En 1940, las fuerzas Alemanas continuaron su conquista en gran parte de Europa, derrotando fácilmente a Noruega, Dinamarca, Holanda, Bélgica, Luxemburgo y Francia. El 22 de junio de 1941, el Ejército Alemán invadió la Unión Soviética y para septiembre, se acercaba a Moscú. Durante ese tiempo, Italia, Rumania y Hungría se habían unido a los poderes lidereados por Alemania, y se oponían a los Poderes Aliados (La Comunidad Británica, la Francia Libre, los Estados Unidos y la Unión Soviética).
En los meses que siguieron a la invasión Alemana en la Unión Soviética, muchos Judíos, líderes políticos, comunistas y Gitanos fueron asesinados en ejecuciones masivas. La mayoría de estos asesinados eran Judíos. Estos asesinatos eran llevados a cabo en lugares improvisados a través de la Unión Soviética por miembros de escuadrones asesinos móviles (Einsatzgruppen), que seguían las rutas abiertas por el Ejército Alemán invasor. El más famoso de estos sitios fue Babi Yar, cerca de Kiev, donde un estimado de 33,000 personas, la mayoría judíos, fueron asesinados. El terror Alemán se extendió hacia pacientes impedidos institucionalizados y pacientes psiquiátricos en la Unión Soviética; también dió como resultado el asesinato en masa de más de tres millones de prisioneros de guerra Soviéticos.
La Segunda Guerra Mundial trajo grandes cambios al sistema de los campos de concentración. Enormes números de prisioneros nuevos, deportados de todos los países ocupados por Alemania, ahora inundaban estos campos. Muy seguido, grupos enteros eran enviados a los campos, tales como los miembros de las organizaciones de resistencia subterráneos que fueron capturados en toda la Europa occidental en 1941 bajo el decreto de "Noche y Niebla". Para acomodar el incremento masivo en el número de prisioneros, se establecieron cientos de nuevos campos en territorios ocupados de la Europa oriental y occidental.
Durante la guerra, los ghettos, campos de tránsito, y campos de trabajos forzados fueron creados por los Alemanes en adición a los campos de concentración para capturar Judíos, Gitanos y otras víctimas del odio racial y étnico, así como también oponentes políticos y miembros de la resistencia. Después de la invasión de Polonia, tres millones de Judíos Polacos fueron forzados a vivir en mas de 400 nuevos ghettos donde fueron segregados del resto de la población. Grandes números de Judíos también fueron deportados de otras ciudades y países, incluyendo Alemania, hacia los ghettos en Polonia y en otros territorios del este ocupados por Alemania.
En las ciudades Polacas que se encontraban bajo la ocupación Nazi, como Warsaw y Lodz, los judíos fueron confinados en ghettos sellados donde el hambre, la sobrepoblación, el frío y las enfermedades contagiosas dieron muerte a decenas de miles de personas. En Warsaw y otras poblaciones, los Judíos que se encontraban en los ghettos hicieron un gran esfuerzo, bajo un gran riesgo, por mantener sus vidas religiosas, culturales y en comunidad. Los ghettos también proveían a gran fuerza de trabajo para los Alemanes y muchos de estos trabajadores (que construían vías de tren y otro tipo de infraestructuras militares alemanas) murieron de cansancio y mal trato.
Entre 1942 y 1944, los Alemanes iniciaron la eliminación de los ghettos en la Polonia ocupada y otros territorios, deportando a los residentes de los ghettos hacia los "campos de exterminio", centros de exterminio facilitados con equipos para el manejo del gas, localizados en Polonia. Después de la reunión de los oficiales mayores del estado Alemán a finales de enero de 1942, la decisión de implementar "la solución final a la cuestión judía" se volvió una política formal de estado y los Judíos de la Europa occidental también fueron enviados a los centros de exterminio en el Este.
Los seis lugares de asesinato masivo fueron escogidos debido a su cercanía las vías del tren y su localización en zonas semi-rurales, en Belzec, Sobibor, Treblinka, Chelmno, Majdanek, y Auschwitz-Birkenau. Chelmno fue el primer campo en donde se llevaron ejecuciones masivas por medio del gas, traído por vehículos pipas: 150,000 personas fueron asesinadas ahí entre diciembre de 1941 y marzo de 1943, y de junio a julio de 1944. Un centro de exterminación que utilizaba pipas de gas y cámaras de gas operó en Belzec, donde más de 600,000 personas fueron asesinadas entre mayo de 1942 y agosto de 1943.
Sobibor fue abierto en mayo de 1942 y fue cerrado un día después de la rebelión de los prisioneros en octubre 14 de 1943; 200,000 personas fueron asesinadas en ese lugar por medio del gas. Treblinka fue abierta en julio de 1942 y cerrada en noviembre de 1943; una revuelta de prisioneros a principios de agosto de 1943 destruyó gran parte del campo de concentración. Por lo menos 750,000 personas fueron asesinadas en Treblinka, físicamente el centro de exterminio de mayores dimensiones. Hubo muy pocos sobrevivientes de estos cuatros centros de exterminio, debido a que la mayoría de las víctimas eran asesinadas inmediatamente después de su llegada a estos lugares.
Auschwitz-Birkenau, que también sirvió como un campo de concentración y como un campo de trabajos forzados, se convirtió en el campo de exterminio donde los mayores númeroso de Judíos y Gitanos Europeos fueron asesinados. Después de una gaseada experimental en septiembre de 1941 de 250 Polacos enfermos y 600 rusos, el exterminio masivo se volvió una rutina diaria; más de 1.25 millones fueron asesinados en Auschwitz-Birkenau, 9 de cada 10 eran Judíos. Además Gitanos, Soviéticos, y prisioneros enfermos de todas las nacionalidades murieron en las cámaras de gas. Entre mayo 14 y julio 18 de 1944, 437,402 judíos húngaros fueron deportados hacia Auschwitz en 48 trenes. Esto fue probablemente la deportación más grande llevada a cabo durante el Holocausto. Un sistema similar fue implementado en Majdanek, que también servía como campo de concentración y en donde al menos 275,000 personas fueron asesinads en las cámaras de gas, o murieron de malnutrición, brutalidad o enfermedad.
Los métodos de asesinato fueron los mismos en todos los centros de exterminio, que fueron operados por la S.S. Las víctimas llegaban en vagones de tren, la mayoría de ghettos y de campos de la Polonia ocupada, pero también de casi todos los países Europeos. A su llegada, los hombres eran separados de las mujeres y los niños. Los prisioneros eran forzados a desvestirse y a entregar todos sus valores. Ellos eran llevados desnudos hacia las cámaras de gases, que estaban disfrazadas como regaderas, y dentro de ellas era utilizado el monóxido de carbono o Zyklon B (una forma de ácido cristalino, también utilizado como insecticida). La minoría seleccionada para trabajos forzados quedaban, después de largas cuarentenas, vulnerables a la malnutrición, y expuestos a epidemias, experimentos médicos y a la brutalidad; muchos perecieron como resultado.
Los Alemanes llevaron a cabo sus actividades de exterminio sistemáticas con la ayuda activa de colaboradores locales en muchos países, y con la indeferencia de millones de personas que no les importaba la situación judía. De cualquier manera, hubo algunos intentos por la creación de una resistencia organizada en contra de los exterminios. Por ejemplo, en el otoño de 1943, la resistencia Danesa, con el apoyo de la población local, rescató a casi toda la población Judía de Dinamarca de la amenaza de la deportación al Este, enviándolos a través de embarcaciones a Suecia, que se mantenía neutral. Individuos de muchos otros países también arriesgaron sus vidas para salvar a los Judíos y a otras víctimas de la persecución Nazi. Uno de los más famosos fue Raoul Wallenberg, un diplomático suizo que dirigió el rescate que les salvó la vida a decenas de miles de Judíos Húngaros en 1944.
Los movimientos de resistencia existieron en casi todos los campos de concentración y ghettos de Europa. Además de las revueltas armadas en Sobibor y Treblinka, la resistencia Judía en el ghetto Warsaw, llevó a una valiente lucha entre abril y mayo de 1943, a pesar de la predecible derrota debido a la superioridad de las fuerzas Alemanas. En general, el rescate o la ayuda hacia las víctimas del Holocausto no era una prioridad para las resistencias organizadas, cuyo objetivo principal era el pelear la guerra contras los Alemanes. En pocas ocasiones, estos grupos y los Judíos partisanos (de la resistencia) cooperaron unos con otros para salvar Judíos. El 19 de abril de 1943, miembros del Comité Nacional para la Defensa Judía en cooperación con trabajadores férreos Cristianos y una rebelión subterránea en Bélgica, atacaron un tren que se dirigía hacia el campo de Malines cercano a Auschwitz, y tuvieron éxito al permitir que cientos de judíos deportados pudieran escapar.
Después de que la guerra se tornó contra Alemania y los ejércitos Aliados se acercaban a Alemania en 1944, la S.S. decidió evacuar algunos campos de concentración. Los Alemanos trataron de ocultar las evidencias del genocidio y deportaron prisioneros hacia campos dentro de Alemania para prevenir su liberación. Muchos prisioneros murieron durante esas largas jornadas a pie conocidas como "marchas de la muerte". Durante los días finales, en la primavera de 1945, las condiciones de los campos de concentración que aún quedaban convirtieron a estos cambios en centros de exterminio masivos. Aún los campos de concentración que nunca fueron diseñados para la exterminación, como el de Bergen-Belsen, se volvieron trampas mortales para miles.
No solo aquellos que todos conocemos (judíos, gitanos, homosexuales, impedidos) fueron los únicos en sufrir del Holocauto y la Locura Nazi. También hubo Españoles obligados a soportar el drama de las privaciones, las golpizas y la muerte en los campos de concentración.
Su drama personal empezó con la Guerra Civil española: unos por estar alistados en el ejército republicano y otros por temor a las represalias tuvieron que refugiarse en Francia durante los primeros meses de 1939. Allí fueron internados en los campos de Argelés, Barcarés, St. Cyprien,... La mayor parte de ellos se vieron forzados a alistarse en las Compañías de Trabajadores Extranjeros y fueron detenidos por el ejército alemán en mayo-junio de 1940, tras la invasión y posterior ocupación de Francia. Fueron agrupados en campos denominados "Stalags" a la espera de una respuesta por parte del gobierno de Franco, quien decidió abandonarlos a su suerte considerándolos apátridas y, tras la visita de Serrano Súñer a Hitler, se decretó (25 de septiembre de 1940) la entrega de los republicanos españoles a la Gestapo para ser deportados a un campo donde debían realizar trabajos forzados hasta el límite de sus fuerzas. Durante el mes de agosto se habían iniciado los transportes y la deportación de los republicanos hacia el campo de concentración de Mauthausen donde fueron destinados a la cantera, a la construcción del campo, a diferentes komandos externos. Una buena parte de los republicanos españoles fueron transferidos a Gusen donde más de 4.000 hallaron la muerte, la mayor parte de ellos, durante el duro invierno de 1941-42 como consecuencia de las condiciones inhumanas del trabajo, por el frío, por caer enfermos o extenuados, en la cámara de gas, por las palizas recibidas....
Sabemos de la presencia de aragoneses y aragonesas en otros campos de concentración (Begen-Belsen, Buchenwald, Dachau, Flossenburg, Ravensbrük, ,...) en algunos casos fueron trasladados desde Mauthausen y en otros fueron internados por haber participado activamente en la resistencia francesa contra del invasor alemán. No de todos sabemos su identidad: un número indeterminado de aragoneses murieron en el más absoluto anonimato de los que, a veces, obtenemos alguna imprecisa e indirecta noticia a través de largo tiempo de silencio y desmemoria.
Según la procedencia regional, el colectivo de los deportados aragoneses fue uno de los más numerosos, como recuerdan supervivientes de otros lugares que mencionan el grupo de "los maños" como uno de los más presentes en Mauthausen.
Por fortuna, unos pocos españoles sobrevivieron al "infierno" de los campos de concentración: de los 7.000 españoles internados en Mauthausen unos 2.000 pudieron salvar la vida. Tras su liberación, en mayo de 1945, se vieron obligados a rehacer sus vidas en el exilio.
Una cabeza embalsamada de un prisionero, encontrada en el campo Buchenwald.
Para aterrorizar a los prisioneros los soldados colocaban
dos cabezas en el medio del campo
En mayo de 1945, la Alemania Nazi quedó colapsada, la S.S. fue dispersada y destruída, y los campos dejaron de existir como de exterminación, trabajos forzados o campos de concentración. El Legado Nazi fue un vasto imperio de exterminios, pillaje y explotación que afectó a cada país de la Europa ocupada. La gran magnitud, así como las implicaciones morales y éticas de esta era trágica están ahora siendo comprendidas.
"Jamás olvidaré esa noche. esa primera noche en el campo de concentración que hizo de mi vida una sola larga noche bajo siete vueltas de llave. Jamás olvidaré ese silencio nocturno que me quitó para siempre las ganas de vivir. Jamás olvidaré esos instantes que asesinaron a mi Dios y a mi alma, y a mis sueños que adquirieron el rostro del desierto. Jamás lo olvidaré, aunque me condenaran a vivir tanto como Dios. Jamás."
"Entre los múltiples ejemplos de barbarie de que fui testigo, no puedo por menos que relatar tres de ellos: el camarada Sigirau, albañil de profesión (nacido en Castejón de Sos) recibió cuando estaba formado una tunda de palos administrada por el kapo que le rompió varias costillas; no había posibilidad alguna de curarlo y murió después de decirme: "Si tienes más suerte que yo, irás de mi parte a besar el suelo de mi patria." Un maño de Calanda, provincia de Teruel, campesino él, fue golpeado violentamente cierta mañana por Otto, el Bandido. Antes de perder el conocimiento, tuvo tiempo de decirme: "¿Qué le habré hecho a ese animal? ¡No lo olvides y véngame cuando se te presente la ocasión!" Otro maño de Cincovillas, campesino, ya de cierta edad, incapaz de tenerse en pie, consumido por las privaciones, me había trasmitido con voz fuerte su última voluntad antes de morir: "Vosotros que sois jóvenes podréis soportar este infierno; es necesario que tengáis ese valor." Y antes de morir, El Mañico cantó una jota aragonesa en honor a su tierra y para rendir homenaje a su patria"
No puede hallarse en la Historia otro crimen tan atroz ni tan fríamente calculado como el que aniquiló a millones de seres humanos en los campos de concentración nazis. Reducidos al estado animal, sometidos a la más espantosa degradación moral y física, hombres, mujeres y niños fueron salvajemente torturados y arrastrados a las cámaras de gas por el solo hecho de pertenecer a una raza considerada inferior o de sostener creencias religiosas o políticas antagónicas a las de la «raza de los señores».
Oh, Dios, porfavor no permitas que la humanidad olvide este terrible pasaje de la historia, que la gente tanto se esfuerza por pretender que nunca sucedió.
Los gritos de esos 6 millones de Personas!!! que Ultraje!!! Que verguenza que la humanidad haya podido caer tan bajo! Destruír a otro hombre, a su hermano, a un ser que respiraba, que pensaba, que amaba, que tenía un corazón que latía, por Dios! No PUEDE olvidarse!! No DEBE olvidarse!!! Mujeres, hombres, niños, viejos, ricos, pobres, no les importó...
Porfavor, no dejemos que la humanidad repita esto. La paz es el estado físico y mental más hermoso que puedan imaginarse... Que jamás, jamás vuelva a verse algo así en la Tierra, porfavor!!!
El tema fué:
desolación,
guerra,
holocausto,
marissa_inmortal,
miedos,
paz,
sufrimiento,
terror
jueves, 27 de noviembre de 2008
Otra, otra!!
Jijijiji, bueno, a petición del público, les dejo otras Historias de Fantasmas, que me dejaron un poco frikeada por momentos...
Ah! Pero antes, quiero agradecer la visita a mis grandes amigos: Yashiro (Bite Fight), Lágrimas de Osiris (Rose Of Dreams), Emerol (Agujero Negro), Adolfo (Dark Volta), Plas por supuesto, Omar (Hablé con tu mami, cielo, me dijo que no estabas... :( ...), mis primas Ady y Georgie, etc, etc....
COMENTEN, SAAAAABE!!!! ;)
Ahora si, les dejo las historias:
Las Cerillas
Cuando mi padre murió, encontré en uno de los cajones de su mesa de trabajo una caja de fósforos sin estrenar, aunque tenía cuarenta años o más. Me impresionó. Creo que el destino de los fósforos es arder como el de las estrellas apagarse. Aquellas cerillas, que habían escapado a su destino fatal, caían ahora en mis manos para crearme un dilema. Al principio supuse que sus cabezas estarían caducadas y que ya habrían perdido, en consecuencia, su oportunidad de arder. Pero luego pensé que quizá no, y que en tal caso yo era el instrumento del destino para que cumplieran su ciclo. Durante varios días jugué con la idea de encenderlas, pero siempre desistía por miedo, supongo, a que funcionaran, o quizá a que no funcionaran. Ninguna de las dos posibilidades resultaba tranquilizadora.
Anoche se fue la luz en casa. Estaba yo solo y no tenía con qué alumbrarme. Tras un rato de espera, me acordé de la caja de cerillas de mi padre y la busqué a tientas entre los objetos que llenan mi mesa de trabajo. Con el corazón en la garganta, saqué una y la froté sobre la lija. En seguida saltó una llamarada que tras estabilizarse empezó a alumbrar el espacio. Lo raro es que lo que se veía a su luz no era mi despacho, sino el de mi padre. Asombrado, mientras el rabo de la cerilla se consumía, vi cada uno de los rincones de aquella habitación en la que de pequeño tenía prohibida la entrada. Con el halo mortuorio característico del resplandor de los fósforos, observé la mesa sobre la que trabajaba mi padre, repleta, por cierto, de fetiches también, como la mía, y un trozo de la raída alfombra llena de quemaduras de las colillas de tabaco. Me pareció que al fondo de la habitación había una figura (¿mi madre?), que no llegué a distinguir bien porque la cerilla me quemó los dedos y hube de arrojarla al suelo, aunque no sabría decir sobre qué alfombra cayó, si sobre la de mi padre o la mía.
Cuando dudaba si encender o no la segunda, volvió el fluido eléctrico y decidí que no. Al poco, regresó mi mujer y me preguntó qué me había pasado.
-Parece que has visto un fantasma.
No le dije que lo había visto, en efecto, o que yo había sido el fantasma de una realidad alumbrada por las cerillas de mi padre. Llevo desde ayer intentando evocar la figura borrosa que se veía al fondo de la habitación. Era una mujer, desde luego, pero quizá no era mi madre. Es más: no lo era, pues la habría reconocido en seguida. ¿De quién se trataba, pues? Creo que no podré averiguarlo hasta que se vaya de nuevo la luz y pueda encender, con esa coartada moral, otra cerilla.
La visión
Se habían reunido para hacer espiritismo y habían adecuado la habitación para que todo fuera más lúgubre. Les quedó bien, iluminados tan sólo por las velas encendidas, los amigos se dispusieron a practicar la ouija y durante un rato se estuvieron divirtiendo. Alguien les contestaba, aquello estaba animado.
Entonces uno de los chicos comenzó a hacer cosas raras y todos dirigieron sus miradas hacia él. El francés que me contó la historia alzó su rostro y vió algo más... algo que los demás no pudieron ver.
Dos fuertes manos aprisionaban la garganta del chico y apretaban, apretaban. La víctima abría la boca y buscaba aire pero nadie supo cómo ayudarle, tenían mucho miedo.
El chico que observaba miró hacia arriba y vió al dueño de esas manos. Tras la víctima, estaba su propio padre muerto años atrás.
El fantasma del padre que asesinaba al hijo más allá de la realidad... en forma de espíritu estrangulaba un cuello que los otros chicos veían desnudo, sin esas manos apretando y apretando...
Al final ocurrió lo impensable. La víctima se soltó de las manos y corrió en dirección a la ventana para lanzarse al vacío. Los amigos actuaron rápido esta vez y consiguieron cogerlo de las piernas salvándole la vida.
No sé qué habrá sido de aquel joven.
Alguien observando
Lorena solía pasar muchas horas sentadas frente a un libro o una máquina de escribir o unos folios porque le gustaba leer y escribir. Se metía en su habitación y pasaba allí el tiempo tratando de hacer algo productivo por simple placer.
En ocasiones notaba como si alguien le observase desde atrás. La sensación era tan fuerte que no podía evitar volverse, y allí solía estar su padre, en el umbral de la puerta, observándola en silencio con una sonrisa en el rostro, posiblemente orgulloso de ver a su hija tan entregada a algo.
- ¿Cuánto hace que estás ahí? -Le preguntaba.
- Un ratito. -Contestaba él.
Y así sucedió en muchas ocasiones. Lorena se acostumbró a saber que cuando notaba esa mirada en la nuca, insistente, invisible, detrás estaría su padre mirándola con cariño. Era bonito vivir una sensación así.
Un día escuchó su nombre.
- ¿Qué? -preguntó al tiempo que giraba el rostro.
Se asombró de ver que no había nadie, y entonces se preguntó si había escuchado una voz de hombre o de mujer y no supo contestarse. No le dio más importancia y siguió con sus quehaceres.
Volvió a ocurrirle, y esta vez notó que la voz estaba "pegada" a su oído. Quien hubiera dicho "Lorena" lo tenía que haber dicho en un susurro firme justo en su oreja. Pero no había nadie, estaba completamente sola en la habitación. Tampoco esta vez hubiera sabido concretar si se trataba de una voz femenina o masculina pero lo que sí tenía claro era que lo había oído lo suficientemente fuerte como para arrancarla de sus pensamientos.
Su padre murió. Alguien le dijo que aquella casa estaba llena de espíritus que desde hacía mucho tiempo esperaban la llegada de su padre, y más tarde tendría oportunidad para comprobar si aquello era cierto o no... pero esta es otra historia, no quiero desviarme.
Lorena estaba una tarde en su habitación cuando notó a su padre en el umbral de la puerta. Se giró porque sabía que estaba ahí, como siempre, y la sonrisa desapareció de su rostro cuando recordó que su padre ya no estaba porque había muerto. Sintió un escalofrío porque sabía que aquella sensación había sido tan vívida y tan fuerte como cuando el hombre estaba vivo, y no supo qué pensar.
De nuevo y durante un tiempo, siguió escuchando a alguien llamarle al oído y también la mirada clavada en la nuca, pero de nuevo y durante todo ese tiempo que duró, allí ya no había nadie.
La Historia de la Niña y las Monedas de Oro
Esta historia es muy conocida en Córdoba, pues existe una antigua casa del centro de las ciudad que se dice está encantada y cuenta que en ella hace mucho tiempo vivía una familia acomodada que tenía una hija pequeña y varias criadas a su servicio.
Una noche mientras la niña dormía escuchó unos ruidos en el pasillo, abrió lentamente la puerta de su cuarto para mirar el pasillo que comunicaba los cuartos, enormemente largo y oscuro, lleno de cuadros y enlosado.
Al final del pasillo la niña vio lo que parecía un niño de su edad levantando una de las losetas y metiendo algo dentro de un hueco en el suelo. La niña no podía creerlo, lo que vió relucir en la mano del muchacho al pasar por la tenue luz que entraba por la ventana eran monedas de oro.
Cuando el niño se fue salió y se dirigió hacia allí; entonces apareció una de las criadas con una vela enorme que también había visto lo que había pasado y quería sacar partido.
Decidieron que no dirían nada a nadie, todas las noches se acercarían y con la ayuda de la luz de la vela levantarían la loseta y sacarían las monedas hasta acabarlas. Todas las noches la niña,que por su tamaño cabía dentro, se metía en el hueco bajo la loseta e iba dando monedas a la criada, quien las iba guardando en un enorme saco. Las noches pasaban y aquel tesoro parecía no acabarse nunca. Cada noche que pasaba la vela iba consumiéndose más y más, pero las monedas seguían saliendo a pares y no querían dejarse ninguna.
Una noche en medio de su labor la vela comenzó a parpadear haciendo amagos de apagarse, la criada le dijo a la niña que saliera del hueco, que ya tenían dinero de sobra. La niña le hizo caso y abandonó el escondrijo, pero en el último momento una moneda cayó del saco al hueco y, en un acto de avaricia y sin pensárselo siquiera, la muchacha se metió de nuevo en el hueco. La criada intentó agarrarla pero no pudo, mientras le gritaba que por favor saliera de allí y dejara la moneda, pero en medio de ese griterío la vela terminó de apagarse. En el momento justo en que el último rayo de luz salió de la vela la loseta se cerró ante los ojos de la criada dejando a la niña dentro.
La criada decidió no decir nada a nadie, los padres dieron a la niña por desaparecida y el tema se fue olvidando con el tiempo. Pero aún en la actualidad dentro de esa casa se siguen oyendo por las noches los gritos de auxilio de la niña que repiten noche tras noche en el pasillo "Por favor...socorro...sacadme de aquí...". Incluso la policía ha acudido multitud de veces ante la llamada de los vecinos que oían voces pidiendo ayuda, pero al llegar al viejo caserón lo único que siempre han encontrado es una vela vieja y consumida puesta justo en el centro de una loseta...
La niña que nunca se fué
Juguetes fuera de su lugar, risas inexplicables y presencias fantasmales inundaron la casa de una pequeña niña que había muerto, pero que al parecer jamás partió. Es la historia de Ana. Ella fue una niña que murió a finales de los sesentas a los siete años de edad, su deceso causó una gran pena para toda su familia, que en su memoria, dejó su recámara tal y como ella la tenía antes de fallecer.
La pequeña no pudo ganar su lucha contra la leucemia, y a su corta edad dejó este mundo, entonces no quisieron tocar nada de sus objetos, de esta forma, simulaban que ella seguía ahí, con sus juguetes fuera de sitio, su ropa acomodada como a ella le gustaba, por colores.
La colcha de su cama azul y rosa, quedó perfectamente restirada, y encima de ella sus muñecas más queridas. Su recámara siempre permaneció abierta, como a ella le gustaba. Sin embargo, aunque no se trataba de personas obsesionadas, pudo darse el caso de que la niña al ver que no la dejaban descansar en paz, decidiera volver con ellos.
Una tarde en que la familia regresó de un paseo al campo, uno de los dos hermanos de Ana dijo haber visto cómo se apagó la luz de aquella recámara, pero al instante volvió a apagarse, entonces comentó el suceso, pero nadie lo tomó en cuenta. Pero eso no sería todo, pues cuando la señora subía a su recámara vio de reojo una sombra, entonces buscó el motivo, pero sólo encontró dos muñecas tiradas en el piso, ella no comentó nada, pero le extrañó, pues la regla era que nadie moviera nada de la recámara de su hija. Las extrañas cosas
seguían sucediendo, contrariamente a la norma que hasta pocos días antes había prevalecido, pues las muñecas siguieron “moviéndose” de lugar. Días más tarde, cuando parecía que el asunto se olvidaba, ocurrió algo todavía más raro, Gerardo, el hermano menor fue al baño en la madrugada y al pasar por la recámara de Ana escuchó claramente su risa al interior
Allá se dirigió y encendió la luz pero no había nadie, además de que todo parecía en orden. Asustado corrió a su cuarto y al día siguiente platicó su aventura, pero nadie se aventuró a opinar. Una semana después el jefe de la familia salió de viaje por cuestiones de trabajo, cuando se instalaba en su hotel, abrió su maleta y entre sus cosas encontró uno de los muñecos de peluche de su niña que él mismo le había regalado.
Fue un momento muy emotivo, pues recordó a su pequeña y pensó que su esposa había metido el muñeco en su equipaje, entonces le telefoneó, pero la mujer negó que fuera capaz de romper las reglas y mover los juguetes.
Un día la madre de Ana recibió la visita de una amiga, quien tenía dos hijos pequeños, pero cuando estaban más entretenidas con su plática, les sorprendieron las carcajadas de los niños. “Es que hay una niña que nos hizo reír cuando jugábamos a las escondidillas, porque siempre nos encontraba muy rápido”, dijo el infante. Luego vino una descripción que las dejó heladas: “Ella traía un vestido rojo con una gorrita y tenis blancos”, dijo el otro.
Eso ya era demasiado, entonces la familia entera, llena de temor decidió consultar con un supuesto experto en cosas paranormales, quien les reveló algo que aumentó su miedo. Según les comentó el brujo, la niña sintió que aún la requerían en casa, por eso regresó, pero que sus intenciones no eran malignas, sino que al ver que su recámara estaba tal cual la conoció en vida, entonces decidió quedarse ahí indefinidamente.
Fue un momento de decisión muy difícil, pues la familia estaba asustada y no quería fantasmas en la casa, pero en el fondo sentían que la presencia de Ana no les incomodaba y podrían vivir con eso. La historia indica que jamás trataron de deshacerse del fantasma, por lo que los vecinos los tildaban de locos, y así pasaron muchos años. Hoy se sabe que de la casa no queda nada, pues un incendio acabó con ella y posiblemente con el fantasma.
El Hombre del Pasado
Este es el caso de un tal padre Litvinov, que poco antes de la medianoche de un día de 1933, abrió la puerta de la iglesia para dejar entrar a un joven que mostraba en su rostro una terrible expresión de horror.
Cuando el sacerdote hubo conseguido calmar la histeria del muchacho, oyó la más extraña de las historias.
El joven dijo llamarse "Dimitri Girshkov", y afirmó que aquel mismo día debía de haberse casado.
Camino de la iglesia, se detuvo en el cementerio para ver la tumba de un amigo de la niñez. Mientras se hallaba allí en muda contemplación, le sobresaltó ver la imagen de su amigo, muerto hacía más de un año. Lo siguiente que advirtió era que se había hecho de noche, y al regresar al poblado se asustó al comprobar que casi todo había cambiado en la pequeña población de Siberia.
En eso, Dimitri interrumpió su historia y salió corriendo de la iglesia, gritando angustiado que debía encontrar a sus familiares, a sus amigos, a su prometida.
El padre Litvinov divisó en aquellos instantes una luz extraña y una neblina grisácea. Luego, en una fracción de segundo, el joven tan raramente ataviado se desvaneció.
Sumamente intrigado por una experiencia tan misteriosa, el sacerdote revisó los antiguos archivos parroquiales, y en ellos descubrió que otros dos curas y un maestro de escuela ya habían visto al joven que surgía del pasado (o que entraba en el futuro, según como se mire), cosa que había efectuado esas otras veces en los dos últimos siglos. Al final descubrió el nombre de Dimitri Girshkov con la historia del joven que había visitado la tumba de un amigo el día de su casamiento, en 1748, y había desaparecido repentinamente... en las profundidades del misterio...
Un Último Juego
Me encontraba en mi casa viendo la televisión cuando oí una voz fuera de mi cuarto. Salí a ver quién era la persona que estaba allí, pero fue grande mi sorpresa al observar que no había nadie.
No le di mucha importancia, pensé que había sido mi imaginación y volví a entrar en mi cuarto. Después, cuando me acosté en la cama, volví a oír una voz. Esta vez salí muy molesto ya que pensé que era uno de mis amigos, pues esa tarde quedamos en vernos en mi casa. Pero nadie me contestaba cuando preguntaba quién era. El miedo empezó a apoderarse de mí y corrí para cerrar la puerta, ya que la aseguré con un candado. Me sentí un poco más tranquilo y volví a subir. Esta vez ya no escuche nada. Al poco rato llegaron mis amigos.
Ya estando ellos reunidos en la sala, dispuestos a pasarlo bien un rato, llegué y me reuní con ellos. En ese momento les pregunté que si alguno de ellos llegó más temprano de lo previsto y me estaban jugando una broma. Antes de darles oportunidad de contestarme les anticipe que en buena onda me habían asustado muchísimo, y que si era broma, había sido de muy mal gusto.
Ellos se miraron unos a otros y me contestaron uno por uno que no lo habían hecho y que ninguno se atreveráa a hacerlo ya que así no nos llevábamos, dicho esto, yo les creí, por que en efecto ninguno de nosotros sería tan desconsiderado para jugar una broma de esta magnitud, y menos llevando una amistad desde que teníamos la edad de ingresar al kinder. Así que consideré verdad su respuesta.
Después de un rato de jugar a las cartas y tomarnos unas copas, recordamos nuestros días en la primaria, cuando a diario iban a mi casa y nos poníamos a jugar al escondite, después un compañero hizo una propuesta que al principio se nos hizo un poco infantil, pero después la consideramos una muy buena idea, lo que propuso es que volviéramos a jugar a las escondidas en el patio de mi casa, como antes.
Todos nos dispusimos a jugar y así lo hicimos. Luego de un rato de jugar, me tocó el turno de contar a mí, y pues con todo y lo que me disgustaba hacer eso, acepté.
Empecé a contar y todos se escondieron. Inicié la búsqueda de mis compañeros y los fui localizando poco a poco y uno por uno. Después, cuando me faltaba sólo uno por encontrar, fui a la cocina ya que, de pequeño, ese era el lugar favorito del que faltaba. Entré a la cocina, busqué por todos lados y no lo encontré. Me desanimé y me dispuse a retirarme cuando en el vidrio de la ventana vi la silueta de alguien parado afuera, y con toda la confianza del mundo, grité: “un, dos, tres, por Julián”. Al gritar esto, Julián salió de arriba y gritó: “equivocación”, al oírlo fuera, yo sentí un miedo enorme y salí corriendo de la cocina. Ya un poco calmado, les comenté a mis compañeros lo que había visto y ellos se quedaron sin palabras al oír todo eso.
Decidimos suspender el juego y mejor pasar a la sala a seguir con la partida de cartas, pero un compañero no se quiso quedar con la duda y dijo que se iba a fijar quién era la persona que yo había visto. Nosotros decidimos quedarnos en la sala a esperarlo y ya pasado un buen rato, Daniel regresó corriendo y pálido. Al verlo tan alterado le preguntamos que había pasado y él, casi mudo, sólo dijo: “Martín esta afuera” (martín era un compañero que había fallecido un año antes de esta reunión). Nosotros le dijimos que eso era imposible porque martín estaba muerto. Él nos contestó: “ya lo sé, pero él está afuera”. Todos nos salimos a ver si lo que nos decía era cierto, y cuando llegamos al lugar donde lo había visto, sólo encontramos un anillo que yo le había regalado en uno de sus cumpleaños. Todos nos quedamos en silencio sin decir nada absolutamente. Sólo atinamos a meternos otra vez a mi casa, y ya adentro, Luis dijo: “después de todo Martín cumplió su promesa”. Y en efecto, él había prometido que antes de irse iría a jugar su último juego de escondidas con todos nosotros, como en los viejos tiempos, y después de todo, así lo hizo, aunque ya hubiera fallecido hace un año.
Ah! Pero antes, quiero agradecer la visita a mis grandes amigos: Yashiro (Bite Fight), Lágrimas de Osiris (Rose Of Dreams), Emerol (Agujero Negro), Adolfo (Dark Volta), Plas por supuesto, Omar (Hablé con tu mami, cielo, me dijo que no estabas... :( ...), mis primas Ady y Georgie, etc, etc....
COMENTEN, SAAAAABE!!!! ;)
Ahora si, les dejo las historias:
Las Cerillas
Cuando mi padre murió, encontré en uno de los cajones de su mesa de trabajo una caja de fósforos sin estrenar, aunque tenía cuarenta años o más. Me impresionó. Creo que el destino de los fósforos es arder como el de las estrellas apagarse. Aquellas cerillas, que habían escapado a su destino fatal, caían ahora en mis manos para crearme un dilema. Al principio supuse que sus cabezas estarían caducadas y que ya habrían perdido, en consecuencia, su oportunidad de arder. Pero luego pensé que quizá no, y que en tal caso yo era el instrumento del destino para que cumplieran su ciclo. Durante varios días jugué con la idea de encenderlas, pero siempre desistía por miedo, supongo, a que funcionaran, o quizá a que no funcionaran. Ninguna de las dos posibilidades resultaba tranquilizadora.
Anoche se fue la luz en casa. Estaba yo solo y no tenía con qué alumbrarme. Tras un rato de espera, me acordé de la caja de cerillas de mi padre y la busqué a tientas entre los objetos que llenan mi mesa de trabajo. Con el corazón en la garganta, saqué una y la froté sobre la lija. En seguida saltó una llamarada que tras estabilizarse empezó a alumbrar el espacio. Lo raro es que lo que se veía a su luz no era mi despacho, sino el de mi padre. Asombrado, mientras el rabo de la cerilla se consumía, vi cada uno de los rincones de aquella habitación en la que de pequeño tenía prohibida la entrada. Con el halo mortuorio característico del resplandor de los fósforos, observé la mesa sobre la que trabajaba mi padre, repleta, por cierto, de fetiches también, como la mía, y un trozo de la raída alfombra llena de quemaduras de las colillas de tabaco. Me pareció que al fondo de la habitación había una figura (¿mi madre?), que no llegué a distinguir bien porque la cerilla me quemó los dedos y hube de arrojarla al suelo, aunque no sabría decir sobre qué alfombra cayó, si sobre la de mi padre o la mía.
Cuando dudaba si encender o no la segunda, volvió el fluido eléctrico y decidí que no. Al poco, regresó mi mujer y me preguntó qué me había pasado.
-Parece que has visto un fantasma.
No le dije que lo había visto, en efecto, o que yo había sido el fantasma de una realidad alumbrada por las cerillas de mi padre. Llevo desde ayer intentando evocar la figura borrosa que se veía al fondo de la habitación. Era una mujer, desde luego, pero quizá no era mi madre. Es más: no lo era, pues la habría reconocido en seguida. ¿De quién se trataba, pues? Creo que no podré averiguarlo hasta que se vaya de nuevo la luz y pueda encender, con esa coartada moral, otra cerilla.
La visión
Se habían reunido para hacer espiritismo y habían adecuado la habitación para que todo fuera más lúgubre. Les quedó bien, iluminados tan sólo por las velas encendidas, los amigos se dispusieron a practicar la ouija y durante un rato se estuvieron divirtiendo. Alguien les contestaba, aquello estaba animado.
Entonces uno de los chicos comenzó a hacer cosas raras y todos dirigieron sus miradas hacia él. El francés que me contó la historia alzó su rostro y vió algo más... algo que los demás no pudieron ver.
Dos fuertes manos aprisionaban la garganta del chico y apretaban, apretaban. La víctima abría la boca y buscaba aire pero nadie supo cómo ayudarle, tenían mucho miedo.
El chico que observaba miró hacia arriba y vió al dueño de esas manos. Tras la víctima, estaba su propio padre muerto años atrás.
El fantasma del padre que asesinaba al hijo más allá de la realidad... en forma de espíritu estrangulaba un cuello que los otros chicos veían desnudo, sin esas manos apretando y apretando...
Al final ocurrió lo impensable. La víctima se soltó de las manos y corrió en dirección a la ventana para lanzarse al vacío. Los amigos actuaron rápido esta vez y consiguieron cogerlo de las piernas salvándole la vida.
No sé qué habrá sido de aquel joven.
Alguien observando
Lorena solía pasar muchas horas sentadas frente a un libro o una máquina de escribir o unos folios porque le gustaba leer y escribir. Se metía en su habitación y pasaba allí el tiempo tratando de hacer algo productivo por simple placer.
En ocasiones notaba como si alguien le observase desde atrás. La sensación era tan fuerte que no podía evitar volverse, y allí solía estar su padre, en el umbral de la puerta, observándola en silencio con una sonrisa en el rostro, posiblemente orgulloso de ver a su hija tan entregada a algo.
- ¿Cuánto hace que estás ahí? -Le preguntaba.
- Un ratito. -Contestaba él.
Y así sucedió en muchas ocasiones. Lorena se acostumbró a saber que cuando notaba esa mirada en la nuca, insistente, invisible, detrás estaría su padre mirándola con cariño. Era bonito vivir una sensación así.
Un día escuchó su nombre.
- ¿Qué? -preguntó al tiempo que giraba el rostro.
Se asombró de ver que no había nadie, y entonces se preguntó si había escuchado una voz de hombre o de mujer y no supo contestarse. No le dio más importancia y siguió con sus quehaceres.
Volvió a ocurrirle, y esta vez notó que la voz estaba "pegada" a su oído. Quien hubiera dicho "Lorena" lo tenía que haber dicho en un susurro firme justo en su oreja. Pero no había nadie, estaba completamente sola en la habitación. Tampoco esta vez hubiera sabido concretar si se trataba de una voz femenina o masculina pero lo que sí tenía claro era que lo había oído lo suficientemente fuerte como para arrancarla de sus pensamientos.
Su padre murió. Alguien le dijo que aquella casa estaba llena de espíritus que desde hacía mucho tiempo esperaban la llegada de su padre, y más tarde tendría oportunidad para comprobar si aquello era cierto o no... pero esta es otra historia, no quiero desviarme.
Lorena estaba una tarde en su habitación cuando notó a su padre en el umbral de la puerta. Se giró porque sabía que estaba ahí, como siempre, y la sonrisa desapareció de su rostro cuando recordó que su padre ya no estaba porque había muerto. Sintió un escalofrío porque sabía que aquella sensación había sido tan vívida y tan fuerte como cuando el hombre estaba vivo, y no supo qué pensar.
De nuevo y durante un tiempo, siguió escuchando a alguien llamarle al oído y también la mirada clavada en la nuca, pero de nuevo y durante todo ese tiempo que duró, allí ya no había nadie.
La Historia de la Niña y las Monedas de Oro
Esta historia es muy conocida en Córdoba, pues existe una antigua casa del centro de las ciudad que se dice está encantada y cuenta que en ella hace mucho tiempo vivía una familia acomodada que tenía una hija pequeña y varias criadas a su servicio.
Una noche mientras la niña dormía escuchó unos ruidos en el pasillo, abrió lentamente la puerta de su cuarto para mirar el pasillo que comunicaba los cuartos, enormemente largo y oscuro, lleno de cuadros y enlosado.
Al final del pasillo la niña vio lo que parecía un niño de su edad levantando una de las losetas y metiendo algo dentro de un hueco en el suelo. La niña no podía creerlo, lo que vió relucir en la mano del muchacho al pasar por la tenue luz que entraba por la ventana eran monedas de oro.
Cuando el niño se fue salió y se dirigió hacia allí; entonces apareció una de las criadas con una vela enorme que también había visto lo que había pasado y quería sacar partido.
Decidieron que no dirían nada a nadie, todas las noches se acercarían y con la ayuda de la luz de la vela levantarían la loseta y sacarían las monedas hasta acabarlas. Todas las noches la niña,que por su tamaño cabía dentro, se metía en el hueco bajo la loseta e iba dando monedas a la criada, quien las iba guardando en un enorme saco. Las noches pasaban y aquel tesoro parecía no acabarse nunca. Cada noche que pasaba la vela iba consumiéndose más y más, pero las monedas seguían saliendo a pares y no querían dejarse ninguna.
Una noche en medio de su labor la vela comenzó a parpadear haciendo amagos de apagarse, la criada le dijo a la niña que saliera del hueco, que ya tenían dinero de sobra. La niña le hizo caso y abandonó el escondrijo, pero en el último momento una moneda cayó del saco al hueco y, en un acto de avaricia y sin pensárselo siquiera, la muchacha se metió de nuevo en el hueco. La criada intentó agarrarla pero no pudo, mientras le gritaba que por favor saliera de allí y dejara la moneda, pero en medio de ese griterío la vela terminó de apagarse. En el momento justo en que el último rayo de luz salió de la vela la loseta se cerró ante los ojos de la criada dejando a la niña dentro.
La criada decidió no decir nada a nadie, los padres dieron a la niña por desaparecida y el tema se fue olvidando con el tiempo. Pero aún en la actualidad dentro de esa casa se siguen oyendo por las noches los gritos de auxilio de la niña que repiten noche tras noche en el pasillo "Por favor...socorro...sacadme de aquí...". Incluso la policía ha acudido multitud de veces ante la llamada de los vecinos que oían voces pidiendo ayuda, pero al llegar al viejo caserón lo único que siempre han encontrado es una vela vieja y consumida puesta justo en el centro de una loseta...
La niña que nunca se fué
Juguetes fuera de su lugar, risas inexplicables y presencias fantasmales inundaron la casa de una pequeña niña que había muerto, pero que al parecer jamás partió. Es la historia de Ana. Ella fue una niña que murió a finales de los sesentas a los siete años de edad, su deceso causó una gran pena para toda su familia, que en su memoria, dejó su recámara tal y como ella la tenía antes de fallecer.
La pequeña no pudo ganar su lucha contra la leucemia, y a su corta edad dejó este mundo, entonces no quisieron tocar nada de sus objetos, de esta forma, simulaban que ella seguía ahí, con sus juguetes fuera de sitio, su ropa acomodada como a ella le gustaba, por colores.
La colcha de su cama azul y rosa, quedó perfectamente restirada, y encima de ella sus muñecas más queridas. Su recámara siempre permaneció abierta, como a ella le gustaba. Sin embargo, aunque no se trataba de personas obsesionadas, pudo darse el caso de que la niña al ver que no la dejaban descansar en paz, decidiera volver con ellos.
Una tarde en que la familia regresó de un paseo al campo, uno de los dos hermanos de Ana dijo haber visto cómo se apagó la luz de aquella recámara, pero al instante volvió a apagarse, entonces comentó el suceso, pero nadie lo tomó en cuenta. Pero eso no sería todo, pues cuando la señora subía a su recámara vio de reojo una sombra, entonces buscó el motivo, pero sólo encontró dos muñecas tiradas en el piso, ella no comentó nada, pero le extrañó, pues la regla era que nadie moviera nada de la recámara de su hija. Las extrañas cosas
seguían sucediendo, contrariamente a la norma que hasta pocos días antes había prevalecido, pues las muñecas siguieron “moviéndose” de lugar. Días más tarde, cuando parecía que el asunto se olvidaba, ocurrió algo todavía más raro, Gerardo, el hermano menor fue al baño en la madrugada y al pasar por la recámara de Ana escuchó claramente su risa al interior
Allá se dirigió y encendió la luz pero no había nadie, además de que todo parecía en orden. Asustado corrió a su cuarto y al día siguiente platicó su aventura, pero nadie se aventuró a opinar. Una semana después el jefe de la familia salió de viaje por cuestiones de trabajo, cuando se instalaba en su hotel, abrió su maleta y entre sus cosas encontró uno de los muñecos de peluche de su niña que él mismo le había regalado.
Fue un momento muy emotivo, pues recordó a su pequeña y pensó que su esposa había metido el muñeco en su equipaje, entonces le telefoneó, pero la mujer negó que fuera capaz de romper las reglas y mover los juguetes.
Un día la madre de Ana recibió la visita de una amiga, quien tenía dos hijos pequeños, pero cuando estaban más entretenidas con su plática, les sorprendieron las carcajadas de los niños. “Es que hay una niña que nos hizo reír cuando jugábamos a las escondidillas, porque siempre nos encontraba muy rápido”, dijo el infante. Luego vino una descripción que las dejó heladas: “Ella traía un vestido rojo con una gorrita y tenis blancos”, dijo el otro.
Eso ya era demasiado, entonces la familia entera, llena de temor decidió consultar con un supuesto experto en cosas paranormales, quien les reveló algo que aumentó su miedo. Según les comentó el brujo, la niña sintió que aún la requerían en casa, por eso regresó, pero que sus intenciones no eran malignas, sino que al ver que su recámara estaba tal cual la conoció en vida, entonces decidió quedarse ahí indefinidamente.
Fue un momento de decisión muy difícil, pues la familia estaba asustada y no quería fantasmas en la casa, pero en el fondo sentían que la presencia de Ana no les incomodaba y podrían vivir con eso. La historia indica que jamás trataron de deshacerse del fantasma, por lo que los vecinos los tildaban de locos, y así pasaron muchos años. Hoy se sabe que de la casa no queda nada, pues un incendio acabó con ella y posiblemente con el fantasma.
El Hombre del Pasado
Este es el caso de un tal padre Litvinov, que poco antes de la medianoche de un día de 1933, abrió la puerta de la iglesia para dejar entrar a un joven que mostraba en su rostro una terrible expresión de horror.
Cuando el sacerdote hubo conseguido calmar la histeria del muchacho, oyó la más extraña de las historias.
El joven dijo llamarse "Dimitri Girshkov", y afirmó que aquel mismo día debía de haberse casado.
Camino de la iglesia, se detuvo en el cementerio para ver la tumba de un amigo de la niñez. Mientras se hallaba allí en muda contemplación, le sobresaltó ver la imagen de su amigo, muerto hacía más de un año. Lo siguiente que advirtió era que se había hecho de noche, y al regresar al poblado se asustó al comprobar que casi todo había cambiado en la pequeña población de Siberia.
En eso, Dimitri interrumpió su historia y salió corriendo de la iglesia, gritando angustiado que debía encontrar a sus familiares, a sus amigos, a su prometida.
El padre Litvinov divisó en aquellos instantes una luz extraña y una neblina grisácea. Luego, en una fracción de segundo, el joven tan raramente ataviado se desvaneció.
Sumamente intrigado por una experiencia tan misteriosa, el sacerdote revisó los antiguos archivos parroquiales, y en ellos descubrió que otros dos curas y un maestro de escuela ya habían visto al joven que surgía del pasado (o que entraba en el futuro, según como se mire), cosa que había efectuado esas otras veces en los dos últimos siglos. Al final descubrió el nombre de Dimitri Girshkov con la historia del joven que había visitado la tumba de un amigo el día de su casamiento, en 1748, y había desaparecido repentinamente... en las profundidades del misterio...
Un Último Juego
Me encontraba en mi casa viendo la televisión cuando oí una voz fuera de mi cuarto. Salí a ver quién era la persona que estaba allí, pero fue grande mi sorpresa al observar que no había nadie.
No le di mucha importancia, pensé que había sido mi imaginación y volví a entrar en mi cuarto. Después, cuando me acosté en la cama, volví a oír una voz. Esta vez salí muy molesto ya que pensé que era uno de mis amigos, pues esa tarde quedamos en vernos en mi casa. Pero nadie me contestaba cuando preguntaba quién era. El miedo empezó a apoderarse de mí y corrí para cerrar la puerta, ya que la aseguré con un candado. Me sentí un poco más tranquilo y volví a subir. Esta vez ya no escuche nada. Al poco rato llegaron mis amigos.
Ya estando ellos reunidos en la sala, dispuestos a pasarlo bien un rato, llegué y me reuní con ellos. En ese momento les pregunté que si alguno de ellos llegó más temprano de lo previsto y me estaban jugando una broma. Antes de darles oportunidad de contestarme les anticipe que en buena onda me habían asustado muchísimo, y que si era broma, había sido de muy mal gusto.
Ellos se miraron unos a otros y me contestaron uno por uno que no lo habían hecho y que ninguno se atreveráa a hacerlo ya que así no nos llevábamos, dicho esto, yo les creí, por que en efecto ninguno de nosotros sería tan desconsiderado para jugar una broma de esta magnitud, y menos llevando una amistad desde que teníamos la edad de ingresar al kinder. Así que consideré verdad su respuesta.
Después de un rato de jugar a las cartas y tomarnos unas copas, recordamos nuestros días en la primaria, cuando a diario iban a mi casa y nos poníamos a jugar al escondite, después un compañero hizo una propuesta que al principio se nos hizo un poco infantil, pero después la consideramos una muy buena idea, lo que propuso es que volviéramos a jugar a las escondidas en el patio de mi casa, como antes.
Todos nos dispusimos a jugar y así lo hicimos. Luego de un rato de jugar, me tocó el turno de contar a mí, y pues con todo y lo que me disgustaba hacer eso, acepté.
Empecé a contar y todos se escondieron. Inicié la búsqueda de mis compañeros y los fui localizando poco a poco y uno por uno. Después, cuando me faltaba sólo uno por encontrar, fui a la cocina ya que, de pequeño, ese era el lugar favorito del que faltaba. Entré a la cocina, busqué por todos lados y no lo encontré. Me desanimé y me dispuse a retirarme cuando en el vidrio de la ventana vi la silueta de alguien parado afuera, y con toda la confianza del mundo, grité: “un, dos, tres, por Julián”. Al gritar esto, Julián salió de arriba y gritó: “equivocación”, al oírlo fuera, yo sentí un miedo enorme y salí corriendo de la cocina. Ya un poco calmado, les comenté a mis compañeros lo que había visto y ellos se quedaron sin palabras al oír todo eso.
Decidimos suspender el juego y mejor pasar a la sala a seguir con la partida de cartas, pero un compañero no se quiso quedar con la duda y dijo que se iba a fijar quién era la persona que yo había visto. Nosotros decidimos quedarnos en la sala a esperarlo y ya pasado un buen rato, Daniel regresó corriendo y pálido. Al verlo tan alterado le preguntamos que había pasado y él, casi mudo, sólo dijo: “Martín esta afuera” (martín era un compañero que había fallecido un año antes de esta reunión). Nosotros le dijimos que eso era imposible porque martín estaba muerto. Él nos contestó: “ya lo sé, pero él está afuera”. Todos nos salimos a ver si lo que nos decía era cierto, y cuando llegamos al lugar donde lo había visto, sólo encontramos un anillo que yo le había regalado en uno de sus cumpleaños. Todos nos quedamos en silencio sin decir nada absolutamente. Sólo atinamos a meternos otra vez a mi casa, y ya adentro, Luis dijo: “después de todo Martín cumplió su promesa”. Y en efecto, él había prometido que antes de irse iría a jugar su último juego de escondidas con todos nosotros, como en los viejos tiempos, y después de todo, así lo hizo, aunque ya hubiera fallecido hace un año.
El tema fué:
agradecimiento,
cuento,
fantasmas,
marissa_inmortal,
miedos
Agradecimiento y Mención Súper Especial...
Quiero dar las gracias a Omar, por su amistad a través de los años, y por tomarme en cuenta en sus entradas de blog... visítenlo, la neta muy buenas reflexiones... Sigo esperando la historia de fantasmas, eh?? ;)
http://bassantacruz.blogspot.com/
Me da tanto gusto el que nos hayamos vuelto a encontrar. Hace mucho que se te extrañaba, y aunque no te lo creas, siempre formarás una parte muy importante en mi vida... ERES A TODA MADRE!!!
Espero que esta amistad siga y siga, y siga, y siga como las pilas del conejito, jajaja...
Oye, por cierto, a doónde te vas de viaje que no me has invitado??? jajajaja, no te creas... Me traes algo, eh??? Mínimo una postal!
Te quiero mucho, Omar. Me siento afortunada de tenerte otra vez en mi vida, y doy Gracias a Diosito por crear a una personita tan linda como tú.
El tema fué:
amigos,
marissa_inmortal,
mencion especial
Hablemos de Fantasmas... MI HISTORIA
Ayer, platicando con mi amigo del alma, Omar, hablábamos de asesinos en serie y de historias de fantasmas. Creo que nunca les había contado MI historia personal, verdad?
Bueno, por mi parte déjenme contarles acerca de un fantasma que vi en mi casa... Lo que les voy a contar realmente sucedió, no es cuento ni alucinación, ni nada por el estilo...
Estaba yo en mi departamento hace un año más o menos. Eran como las dos de la mañana, y yo (como siempre) era presa del insomnio. Mi novio tenía ya más de una hora dormido, y yo era incapaz de mantenerme quieta en la cama, por lo que me levanté, fuí a la sala y encendí la radio. Por supuesto, para no despertar ni a mi niña ni a mi novio, me puse los audífonos.
Tenía ya una media hora ahi escuchando música, cuando algo muy fuerte dentro de mi me hizo dirigir la mirada hacia la esquina de la habitación, detrás de la puerta principal. No podría decir con exactitud por cuanto tiempo me paralicé al ver lo que estaba ahi, pero fue alrededor de una canción completa...
En la esquina estaba de pie la figura de un hombre vestido completamente de negro. No pude ver su rostro, pues estaba contra la pared, pero tenía la cara vuelta hacia abajo, como si estuviese mirando el suelo.
Como estaba de espaldas, no podía verle nada más que eso, y su ropa (fuese lo que fuese) le cubría todo a excepción de las manos, que sobresalían de lo que parecía ser un largo abrigo. Las manos me dieron un pavor espantoso, pues eran tan blancas como una hoja de papel. Hay que tomar en cuenta que yo estaba completamente a oscuras, la unica luz que había era la de los botones del estéreo, y el que las manos de este... "ser", o como le quieran llamar estuvieran tan blancas que parecían emitir hasta luz propia, era bastante horrible.
Como ya les dije, estuve así no se cuanto tiempo sin poder moverme de la impresión, cuando se me ocurrió apagar el estéreo para escuchar si "eso" estaba hablando, o algo asi...
Fué fracción de un segundo en que estiré la mano hacia el botón de ON-OFF del aparato, y cuando voltié de nuevo, esta figura ya no estaba.
Mi pánico fué entonces terrible, y de un golpe aventé los audifonos para después refugiarme en la cama con mi novio, a quien abracé hasta que se me acabaron las fuerzas...
Si eso fue un fantasma, no lo se verdaderamente. Pero aunque marissa_inmortal está un poco loca, y mi estabilidad mental a veces no es muy buena, no creo realmente que me haya imaginado algo como eso.... ustedes que creen?
El tema fué:
fantasmas,
hablemos de...,
marissa_inmortal,
miedos,
muerte?,
terror
martes, 25 de noviembre de 2008
The Night Before Christmas, por Henry Livingston
THE NIGHT BEFORE CHRISTMAS
by Clement Clarke Moore
or Henry Livingston
'Twas the night before Christmas, when all through the house
Not a creature was stirring, not even a mouse;
The stockings were hung by the chimney with care,
In hopes that St. Nicholas soon would be there;
The children were nestled all snug in their beds,
While visions of sugar-plums danced in their heads;
And mamma in her 'kerchief, and I in my cap,
Had just settled down for a long winter's nap,
When out on the lawn there arose such a clatter,
I sprang from the bed to see what was the matter.
Away to the window I flew like a flash,
Tore open the shutters and threw up the sash.
The moon on the breast of the new-fallen snow
Gave the lustre of mid-day to objects below,
When, what to my wondering eyes should appear,
But a miniature sleigh, and eight tiny reindeer,
With a little old driver, so lively and quick,
I knew in a moment it must be St. Nick.
More rapid than eagles his coursers they came,
And he whistled, and shouted, and called them by name;
"Now, Dasher! now, Dancer! now, Prancer and Vixen!
On, Comet! on Cupid! on, Donder and Blitzen!
To the top of the porch! to the top of the wall!
Now dash away! dash away! dash away all!"
As dry leaves that before the wild hurricane fly,
When they meet with an obstacle, mount to the sky,
So up to the house-top the coursers they flew,
With the sleigh full of toys, and St. Nicholas too.
And then, in a twinkling, I heard on the roof
The prancing and pawing of each little hoof.
As I drew in my hand, and was turning around,
Down the chimney St. Nicholas came with a bound.
He was dressed all in fur, from his head to his foot,
And his clothes were all tarnished with ashes and soot;
A bundle of toys he had flung on his back,
And he looked like a peddler just opening his pack.
His eyes -- how they twinkled! his dimples how merry!
His cheeks were like roses, his nose like a cherry!
His droll little mouth was drawn up like a bow,
And the beard of his chin was as white as the snow;
The stump of a pipe he held tight in his teeth,
And the smoke it encircled his head like a wreath;
He had a broad face and a little round belly,
That shook, when he laughed like a bowlful of jelly.
He was chubby and plump, a right jolly old elf,
And I laughed when I saw him, in spite of myself;
A wink of his eye and a twist of his head,
Soon gave me to know I had nothing to dread;
He spoke not a word, but went straight to his work,
And filled all the stockings; then turned with a jerk,
And laying his finger aside of his nose,
And giving a nod, up the chimney he rose;
He sprang to his sleigh, to his team gave a whistle,
And away they all flew like the down of a thistle.
But I heard him exclaim, ere he drove out of sight,
"Happy Christmas to all, and to all a good-night."
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Ya viene Navidad!!
Me encanta, me encanta, me encanta!!!!
Me entusiasma tanto el que la Navidad esté a la vuelta de la esquina...
Para mi, es la mejor época del año, en donde la gente es por naturaleza más noble, más tranquila, más amable... O al menos, eso siento yo...
Becky ya sabe lo que va a pedit para Navidad. De hecho, va a pedirle algo a Santa, y algo al Niño Dios. Uffff, los va a dejar pobres este año!! Jajajajaja...
Y ustedes ya saben que pedir para Navidad?
Yo todavía no tengo idea... Para el intercambio familiar pedí una Web Cam, para porfín poder equipar mi PC como es debido...
Pero aun no sé que poner en mi cartita al Polo Norte...
Serenidad? Paciencia? Paz?
No lo sé.
Creo que debo de sentarme a meditarlo por un ratito.
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lunes, 24 de noviembre de 2008
Curarme de Tí...
Espero Curarme de Ti....
Espero curarme de ti en unos días. Debo dejar de fumarte, de beberte, de pensarte. Es posible. Siguiendo las prescripciones de la moral en turno. Me receto tiempo, abstinencia, soledad.
¿Te parece bien que te quiera nada más una semana? No es mucho, ni es poco, es bastante. En una semana se puede reunir todas las palabras de amor que se han pronunciado sobre la tierra y se les puede prender fuego. Te voy a calentar con esa hoguera del amor quemado. Y también el silencio. Porque las mejores palabras del amor están entre dos gentes que no se dicen nada.
Hay que quemar también ese otro lenguaje lateral y subversivo del que ama. (Tú sabes cómo te digo que te quiero cuando digo: «qué calor hace», «dame agua», «¿sabes manejar?», «se hizo de noche»... Entre las gentes, a un lado de tus gentes y las mías, te he dicho «ya es tarde», y tú sabías que decía «te quiero»).
Una semana más para reunir todo el amor del tiempo. Para dártelo. Para que hagas con él lo que quieras: guardarlo, acariciarlo, tirarlo a la basura. No sirve, es cierto. Sólo quiero una semana para entender las cosas. Porque esto es muy parecido a estar saliendo de un manicomio para entrar a un panteón.
Jaime Sabines
domingo, 23 de noviembre de 2008
Frase
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Fiesta de Cumpleaños!!!! Segunda Parte
Pues bien, continuamos con el relato de la fiesta de Cumpleaños de mi nena, ahora platicándoles lo que hicimos el Sábado, que fue el día exacto de su cumple.
Por la mañana teníamos cita (bueno, Becky la tenía) en el salón de belleza, pues le iban a hacer un corte de cabello, pues ya lo tenía algo maltratado. Y aproveché para que le hicieran un peinado, para que se viera hermosa en la fiesta.
Como pueden ver en las fotos, quedó verdaderamente preciosa. Los del salón realmente se lucieron.
LA FESTEJADA!!!
Peinado de Becky
El peinado como quedó por detrás
Becky Super emocionada con su nuevo corte y peinado de fiesta...
A poco no se ve linda?
Después de llegar a casa, y que yo me arreglé, fuimos a casa de mi madre y nos hicimos tontas para pasar el tiempon en lo que llegaba la familia, así que me puse a tomarle fotos.
Becky modelando en el jardin
Otra Modelando
La festejada preciosa!!!!!
Becky y Danny junto al Arbol de Navidad
Mi nena hermosa y yo (otra nena hermosa, jeje)
Becky modelando junto al arbolito
Ahhhh que risa taaan fingida!! :D
Alrededor de las 5:00 llegaron todos, y entre pláticas, tequilas y botanas, debo confesar que me embriagué de lo lindo, tomé muchísimo... Entre tres personas nos acabamos una botella de tequila en dos horas, y la verdad es que no recuerdo muy bien que tanto estaba diciendo, jajaja. Lo unico que recuerdo era que estábamos muriendo de la risa, y que no parábamos de reir...
Pero no estaba tan mal como para dejar de festejar, asi que comimos pastel, una botana muy rica de ostión con queso philadelphia (mmmmm) y becky abrió sus regalos con mucha emoción.
Aqui Danny, mi compadre Oscar (padrino de mi niña), Becky y yo
Becky, mi mamá y yo
Fué bueno verlos a todos, y me alegré ver de que estaban todos muy bien, y que al menos todavía me quieren poquito... ;)
Becky, mi prima Ady y mi tía Carmelita
Becky con mi primo Juan
Becky y sus padrinos Oscar y Georgie
Por cierto que pasó algo que me dejó con la boca abierta y con un sentimiento hermoso de satisfacción y amor propio...
No les había comentado, pero el libro (que ya está terminado desde hace varios meses) estaba cuidadosamente gusrdado en un archivo secreto en mi casa, y nadie lo había leído realmente (cosa que me deprimía y me ponía infinitamente triste). Hace un tiempo se lo envié a Raúl (mi amigo Español) para que lo leyera y me diera su opinión; pero unos días después de enviárselo, me dijo que no lo leería más porque le recordaba los buenos tiempos que había tenido con su esposa, y que lo deprimía bastante porque esos buenos tiempos ya no existen... Entonces me sentí como una estúpida cucaracha aplastada, pues ni siquiera mi mejor amigo quería leerlo...
Pero hace una semana más o menos, mi prima Georgie (quien también es mi Comadre, madrina de Becky) empezó a leer el blog, y se dió cuenta de que había escrito un libro, y me pidió que se lo prestara. Eso fué algo que yo no me esperaba, y porsupuesto que acepté... Me sentí tan bien de que alguin porfin quisiera leerlo por cuenta propia, sin que yo le dijera: lo leerías para mi??
Y el día de ayer, ella me dijo que ya lo había terminado, y que le había encantado mi forma de redactar... Que le había gustado.
Eso es maravilloso!!!!!
No se dan una idea de lo genial que se sintió eso!!!!
Gracias, Georgie, eres la Onda!!!! Sabes que te quiero mucho!!!
Danny, Oscar mi compadre (no se mueva!!!!), Becky y yo
Becky y Su Padrino Oscar. La foto está movida por que no dejaban de reirse y moverse :S
Becky y mi mamá
Becky abriendo unos de los regalos
Esta Barbie se la compró ella, con el dinero que le dimos entre toda su familia. Fuimos a comprarla en cuanto terminó la reunión.
Y, como Marissa_inmortal no puede resistir poner la sonrisa de foto si hay una cámara fotográfica enfrente, no pude aguantar la tentación de que Becky me tomara un par de fotitos...
Después de varios años de haber posado en este mismo jardín, vuelvo a hacerlo...
Ohhhh, graaan decepción... :(
Aqui me veo un poco mejor ;)
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