La Santa Compaña:
La leyenda sobre la Santa Compaña es una tradición que ha permanecido en la cultura tradicional gallega con el paso de los siglos y de la que aún quedan rastros, como los cruceiros en los cruces de caminos. La Santa Compaña es, en la mitología popular gallega, una procesión de muertos o ánimas en pena que por la noche (a partir de las doce) recorren errantes los caminos, los bos
ques, las cercanías de una parroquia o un pueblo. Lo tétrico de su procesión es que visitan todas aquellas casas en las que en breve habrá una defunción. Además de Santa Compaña también es conocida como "a procesión das animas" o simplemente "Compaña"…
Las numerosas leyendas sobre esta compañía de difuntos en pena cuentan que se aparecen en los caminos cercanos a los camposantos en busca de algo o alguien, y que siempre aparecen con un motivo por el cual es símbolo de desastre o maldición. Los motivos por lo que esta compañía de almas errantes pueden aparecer son: Para reclamar el alma de alguien que morirá pronto. Cuenta la leyenda que quien recibe la visita de la Compaña morirá en el plazo de un año.
Para reprochar a los vivos,faltas o errores cometidos. Si la falta es especialmente grave, el mortal que la ha cometido podría recibir la visita de la Compaña para que la encabece, condenado así a vagar hasta que otro mortal le reemplace.
Para anunciar la muerte de un conocido del que presencia la procesión.
Para cumplir una pena impuesta por alguna autoridad del más allá.
El contar esta leyenda también supone contar el modo de protegerse contra esta procesión de no muertos; en el hipotético caso de que la compaña se presentara en presencia de alguien se debería llevar a cabo una serie de rituales para la protección que consistiría en:
Apartarse del camino de la compaña, no mirarles y hacer como que no se les ve.
Hacer un círculo con la estrella de Salomón o una cruz dentro y entrar en él.
Comer algo.
Rezar y no escuchar la voz ni el sonido de la compaña.
Tirarse boca abajo y esperar sin moverse, aunque la compaña le pase por encima.
Jamás tomar una vela que nos tienda algún difunto de la procesión, pues este gesto condena a formar parte de ella.
En último caso, echar a correr muy rápido.
Cuenta la leyenda que la Santa Compaña no tendrá el poder de capturar el alma del mortal que se cruza con ella si éste se halla en los peldaños de algún crucero de los situados en los cruces de caminos o si porta una cruz consigo y logra esgrimirla a tiempo.
Las numerosas leyendas sobre esta compañía de difuntos en pena cuentan que se aparecen en los caminos cercanos a los camposantos en busca de algo o alguien, y que siempre aparecen con un motivo por el cual es símbolo de desastre o maldición. Los motivos por lo que esta compañía de almas errantes pueden aparecer son: Para reclamar el alma de alguien que morirá pronto. Cuenta la leyenda que quien recibe la visita de la Compaña morirá en el plazo de un año.
Para reprochar a los vivos,faltas o errores cometidos. Si la falta es especialmente grave, el mortal que la ha cometido podría recibir la visita de la Compaña para que la encabece, condenado así a vagar hasta que otro mortal le reemplace.
Para anunciar la muerte de un conocido del que presencia la procesión.
Para cumplir una pena impuesta por alguna autoridad del más allá.
El contar esta leyenda también supone contar el modo de protegerse contra esta procesión de no muertos; en el hipotético caso de que la compaña se presentara en presencia de alguien se debería llevar a cabo una serie de rituales para la protección que consistiría en:
Apartarse del camino de la compaña, no mirarles y hacer como que no se les ve.
Hacer un círculo con la estrella de Salomón o una cruz dentro y entrar en él.
Comer algo.
Rezar y no escuchar la voz ni el sonido de la compaña.
Tirarse boca abajo y esperar sin moverse, aunque la compaña le pase por encima.
Jamás tomar una vela que nos tienda algún difunto de la procesión, pues este gesto condena a formar parte de ella.
En último caso, echar a correr muy rápido.
Cuenta la leyenda que la Santa Compaña no tendrá el poder de capturar el alma del mortal que se cruza con ella si éste se halla en los peldaños de algún crucero de los situados en los cruces de caminos o si porta una cruz consigo y logra esgrimirla a tiempo.
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