HASTA QUE SE LE APARECE UN ÁNGEL EN SU SUEÑO, Y LE DICE:
¡BASTA YA DE LLORAR!
"NO PUEDO SOPORTAR NO VERLO NUNCA MÁS"- RESPONDIÓ EL HOMBRE.
EL ÁNGEL LE DICE:
-¿QUIERES VERLO?
AL CONFIRMARLE QUE SÍ, LO TOMA DE LA MANO Y LO SUBE AL CIELO.
- AHORA LO VAS A VER, QUÉDATE ACÁ.
A UNA ORDEN SUYA, EMPIEZAN A PASAR UN MONTÓN DE NIÑOS VESTIDOS COMO ANGELITOS, CON UNA VELA ENCENDIDA ENTRE LAS MANOS. EL HOMBRE DICE:
-¿QUIÉNES SON?
EL ÁNGEL LE RESPONDE:
- SON LOS NIÑOS QUE HAN MUERTO , Y TODOS LOS DÍAS HACEN ESTE PASEO CON NOSOTROS, PORQUE SON PUROS.
- ¿MI HIJO ESTÁ ENTRE ELLOS? -PREGUNTÓ EL HOMBRE.
- SÍ, AHORA LO VAS A VER – LE CONTESTÓ
MIENTRAS PASABAN CIENTOS Y CIENTOS DE NIÑOS. AHÍ VIENE, Y EL HOMBRE LO VE, RADIANTE COMO LO RECORDABA. PERO DE PRONTO, ALGO LO CONMUEVE: ENTRE TODOS, ES EL ÚNICO CHICO QUE TIENE LA VELA APAGADA. SIENTE UNA ENORME PENA Y UNA TERRIBLE CONGOJA POR SU HIJO. EL CHICO LO VE, VIENE CORRIENDO Y SE ABRAZAN CON FUERZA.
-HIJO, ¿POR QUÉ TU VELA NO TIENE LUZ? ¿POR QUÉ NO ENCIENDEN TU VELA COMO A LOS DEMÁS?
SU HIJO LE RESPONDE:
- PAPÁ, SÍ ENCIENDEN MI VELA CADA DÍA, IGUAL QUE LA DE TODOS, PERO ¿SABES? CADA NOCHE TUS LÁGRIMAS APAGAN LA MÍA.