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Qué tanto puede contar un persona que ha vivido sobre la tierra por solamente treinta y tres años?? Muchos podrían suponer que muy poco, pero existimos algunas excepciones que rompemos esa regla. Hi. Im Marissa and this is me...

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Marissa_Inmortal

miércoles, 16 de marzo de 2011

Como saber si la produccion de leche materna es la adecuada...


El cuerpo es sabio y así como fue capaz de alimentar al bebé durante el embarazo, también es capaz de lograrlo con la leche materna después del parto.

 
Los pechos producen la cantidad de leche que el bebé necesita. Por esta razón, el volumen de leche aumenta o disminuye según la necesidad del bebé.



Cuando el bebé succiona en forma eficaz y logra "vaciar" el pecho en cada mamada, la leche se genera en forma rápida para la siguiente toma.
En realidad, los pechos nunca pueden ser vaciados totalmente, ya que la producción de leche es un proceso continuo, pero sí, la madre puede notar la sensación de plenitud al iniciar la mamada y el pecho blando al final.

Cuando se retrasa la mamada para que los pechos "se carguen", el cuerpo recibe el mensaje de que hay suficiente cantidad de leche y reduce la producción. Es necesario remover la leche en cada toma en forma efectiva. Si el bebé no lo logra, se debe extraer la leche en forma manual o con un extractor.
El llanto del bebé produce ansiedad en la madre y afecta negativamente su confianza en la capacidad para amamantar.


En estos casos, se le ofrece al bebé un biberón con leche de fórmula después de mamar con la idea de que el bebé está irritado porque no puede obtener la leche que necesita.
El bebé se acostumbra al flujo ligero del biberón, hace mamadas más cortas, estimula menos, la leche queda retenida en el pecho y la producciòn disminuye.
Cuando el bebé recibe leche de fórmula, el intervalo entre mamadas se alarga, haciendo suponer que el bebé está más satisfecho. En realidad la leche de fórmula tarda más en digerirse que la leche materna.


A esto se le suma la "confusión de pezón". Al bebé se le dificulta la prendida y no puede retener el pezón dentro de la boca. Esto se debe a que la succión del pecho para obtener leche es diferente a la succión de la tetina del biberón.
Esta situación pone en riesgo la continuidad de la lactancia materna.


Es importante destacar que cuando la madre se reincorpora a su trabajo (aproximadamente a los dos meses de edad del bebé), o cuando la madre deba ausentarse por períodos cortos, se le ofrecerá su leche extraída o fórmula, en biberón. A su llegada sólo se le dará pecho.
A esta edad, el riesgo de confusión es menor ya que el bebé tiene mucha experiencia de succión al pecho.

 
Señales aparentes que sugieren una producción de leche insuficiente




El bebé está intranquilo después de mamar.
Llora cuando se lo retira del pecho y quiere mamar todo el tiempo.
Hace mamadas muy largas y frecuentes.


La mejor señal de que la producción de leche es baja, es cuando el bebé no aumenta adecuadamente de peso. Pero si su curva de peso está dentro de los parámetros esperados, hay que descartar la baja producción y buscar otras causas.



Causas por las cuales el bebé no obtiene suficiente leche materna




Mamadas cortas y espaciadas.
Horarios rígidos.
No se amamanta durante la noche.
Dificultad en la prendida.
Se incorporaron biberones.
Afecciones en el pecho: dolor, grietas, etc.
Ingesta de alcohol, tabaco, anticonceptivos con estrógenos, diuréticos.
Problemas de salud materna y/o en el bebé.



SOLUCIONES




Ofrecer el pecho cuando el bebé muestre signos de querer mamar: saborea, mueve su cuerpo y hay movimiento ocular aunque sus ojos estén cerrados. No esperar a que llore.


Dejar que mame en el primer pecho hasta que quede blando o el bebé se separe por sí solo. Si se duerme a los pocos minutos de la prendida, retirarlo del pecho, despertarlo y volverlo a prender en el mismo pecho. De este modo tomará las dos leches: la primera, más liviana en grasas (2%) y la última más rica en grasas (6 a 8%).


Hacerlo eructar.


Ofrecer el segundo pecho. Puede ser que tome poco o no quiera mamar.


Amamantar por la noche: esto aumenta los niveles de la hormona prolactina, encargada de regular y estimular la producción de leche.
Masajear el pecho, antes, durante y después de las mamadas para estimular el reflejo de bajada de leche, hacerla fluir durante la mamada y registrar si queda leche retenida en el pecho al final de la mamada. En este caso extraer.


Mamá y bebé deben estar cómodos.


Si hay dolor (esto puede retrasar la bajada de leche), verificar la prendida: boca ampliamente abierta, labios hacia afuera. El mentón toca el pecho.


Cambiar de posiciones para estimular y extraer leche de los diferentes sectores de la mama.


Si hay que dar complementos de leche materna o fórmula, utilizar un relactador. Este dispositivo consta de una sonda nasogástrica y un envase para colocar la leche. Un extremo de la sonda se apoya sobre el pezón y el otro extremo se coloca dentro del envase. El dispositivo se cuelga del cuello de la madre con una cinta. El bebé recibe la leche del pecho y del relactador, tiene un solo modelo de succión y se evita la confusión de pezón y la preferencia por el biberón. (Ver en nuestra Web, en la solapa bebé-lactancia, la nota Relactancia).


Durante las mamadas, tomar líquido y agregar un nutriente (fruta, cereales integrales etc.). Evitar las grasas trans.
Consultar con el médico sobre la posibilidad de tomar pastillas de levadura de cerveza (seis a ocho por día), aptas para madres lactantes, o tres cucharadas soperas diarias de levadura de cerveza deshidratada (no la que se utiliza para panificación). Este producto ha ayudado a muchas mamás a incrementar la producción. El médico podrá indicar otro lactagogo.
Durante un período de crecimiento rápido, el bebé mama con mucha frecuencia por unos días. Esto aumenta la producción de leche y retorna a su ritmo habitual. Generalmente sucede a las dos semanas de vida, seis semanas, a los tres meses o puede ocurrir en otros momentos.
Pedir ayuda para descansar.


Crear un ambiente tranquilo, sin distracciones que pueda ayudar a distenderse y disfrutar de ese momento tan especial para la mamá y el bebé, como es el de amamantar.

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