Me enseñó a llorar de nuevo. A demostrar lo que siento. A expresar lo que me pasaba. Y saben por que? Porqué él jamás lo hace. Nunca expresa lo que siente, ni se permite llorar, aunque algo le esté quemando por dentro. Eso me frustra, pues nunca se lo que siente, ni lo que está pensando, y eso me hace desvariar. Entonces tuve que dejar salir uno poco de mis emociones, para que él se diera cuenta de que soy una persona, que pienso, siento, me equivoco, y trato de que mi voz sea escuchada.
Pero tal parece que mis esfuerzos de que tratara de abrirse fueron en vano, y tuve que hacerlo yo.
Y ahora (gracias a eso) me he transformado en una persona que escribo mis más profundos y oscuros secretos en un diario virtual que, practicamente, todo el mundo puede ver. Me he dedicado los últimos tres meses en analizar a profundidad mis pensamientos, cualesquiera que estos sean; y me la he pasado llorando en cuanto algo llega a afectarme más de la cuenta. Eso no es justo!!
Qué ha pasado conmigo? Donde está aquella Marissa de piedra que no se inmutaba ante ningun golpe de la vida? Aquella Marissa que aguantaba cuando la gente le ofendía, cuando las circunstancias del destino le golpeaban bajo? Qué paso con la Marissa que solía hacer un comentario irónico cada vez que le preguntaban algo personal para no tener que responder? Será que me he convertido en una persona... tierna??
Creo que tendremos que buscar muy profundo para lograr encontrarla alguna vez.
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